Hace poco vi una serie en Netflix que me pareció muy interesante, se llama “Mi otra yo”, esa serie recrea de una manera fácil de entender un tema muy complejo y profundo, el de la herencia familiar invisible: al ser concebidos por nuestros padres no solo heredamos sus genes, su biología, también asumimos una cantidad de eventos y situaciones que vivieron ellos y sus ancestros.
La serie plantea varias situaciones de  los personajes, para los cuales no se encuentra una explicación lógica, como una fobia o una manifestación física, como un temblor, o el origen de alguna enfermedad que se relaciona con un trauma, inclusive los bloqueos económicos. Pero hay autores que se han dedicado a trabajar el tema en profundidad, la psicoterapeuta Magui Block, escribió un libro muy interesante que se llama Sana tu familia, la imagen de la portada es un árbol, al que se le ven las raíces, esta es una metáfora que también utilizan quienes desarrollaron la serie “Mi otra yo” para ejemplificar la importancia de ponernos en paz con nuestras historias familiares y así sanarnos y no cargar a las futuras generaciones con esta herencia de dolor.
En su libro la autora habla de algunas manifestaciones de esa herencia familiar invisible, que pueden ser traumas, creencias limitantes, adicciones, ciclos de violencia, entre otros, por ejemplo cargar con las emociones negativas de algún ancestro puede manifestarse en forma de depresión. No poder conseguir lo que se desea, o conseguirlo y perderlo, según la psicoterapeuta, podría ser que estamos repitiendo un patrón que ha estado presente en algún ancestro, por algo que se denomina una lealtad familiar. Al tener problemas para establecer relaciones sanas y estables, quizás estamos repitiendo la historia de otros miembros de la familia. Los miedos, la ansiedad y el insomnio podrían ser la manifestación de un trauma sufrido por alguien del grupo familiar. Lo importante es que hay una manera de cambiar esa historia, la autora dice que lo primero que debemos hacer es reconocer esa herencia, aceptar que nos pesa y que estamos en la capacidad de liberarla, esto se hace mediante un camino de auto conocimiento, evaluando los resultados en cuanto a la salud, las relaciones, la economía y cualquier otra área de la vida en la que nos desempeñemos, mientras sigamos vivos tenemos la capacidad de hacer cambios en nuestra vida y tomar decisiones diferentes a las de nuestros ancestros, sin juzgarlos, pues ellos hicieron lo mejor que pudieron de acuerdo a sus circunstancias y a su conocimiento: “Encuentro las lecciones en mi historia familiar, aprendo lo que necesito aprender, salgo de la actitud de víctima y dejo de tratar de cambiar lo que no puedo”. Si nosotros actuamos de manera consciente y tratando de hacer lo mejor, estamos cambiando la historia de nuestra familia, estamos legándole a las futuras generaciones la posibilidad de hacerlo diferente; de hacerlo mejor. También sanamos nuestro sistema familiar al darle a cada persona su lugar en él, sin excluir a nadie: “Honro a todos los que pertenecen a mi familia. Aunque no sé quiénes son, en mi corazón tienen un lugar, un buen lugar”.
Este tema es muy interesante, si quiere un abrebocas, le recomiendo que vea la serie “Mi otra yo” y comience su propio camino de exploración para sanar su sistema familiar.