Tenemos un lugar en Colombia que ofrece unas de las mejores playas del mundo, el mar es precioso, de aguas cálidas y transparentes, lo llaman el Mar de los siete colores, porque si se mira desde el aire, se pueden apreciar bellas tonalidades del azul, desde el turquesa más suave, hasta el azul marino, intenso y oscuro, cuando las aguas se vuelven más profundas.
Sentir el arrullo de las olas es una experiencia que relaja los sentidos y si se prolonga, puede lograrse un profundo estado de comunión con Dios, pues el océano es una de sus más perfectas creaciones y sentirse rodeado por esas aguas, con su tibieza, tranquiliza a la más nerviosa de las almas. El mar es poder, es energía, es nutrición, es hogar para miles de especies, es transmutación, pues a través del fitoplancton, algas y otras plantas acuáticas que atrapan el dióxido de carbono y lo convierte en oxígeno y glucosa, se produce la mayor cantidad de oxígeno del planeta para que nosotros y todas las otras especies respiremos. Amo el mar.
En este viaje tuve una sorpresa inesperada; coincidieron las fechas de mi estadía con el momento de la luna llena, entonces me di otro regalo, fui a la Noche Blanca, en altamar, todo el tiempo iluminada por una luna hermosa, que pintaba su camino, brillante y claro, sobre un mar calmo. Mientras la mayoría de los participantes disfrutaban del show de baile, yo me fui para cubierta a disfrutar de la luz de la luna, cada quien en lo que le gusta.
La otra maravilla de esta isla es la arena, suave, de hermoso color claro, tibia al contacto con la piel, aun cuando uno se adentra en el mar, los pies no se lastiman, como en otros lugares, por ejemplo en la playa de Barcelona, en el mar Mediterráneo, cuyo mar está lleno de piedras y la verdad, el color del mar ni se compara con el de nuestra bella isla.
San Andrés es un tesoro para los colombianos, aunque el ingreso a la isla esté un poco costoso y las decisiones tomadas por el actual Gobierno hayan perjudicado el turismo, por el alto costo de los pasajes aéreos, esta isla sigue siendo un lugar paradisíaco, la playa del centro, frente a la peatonal es un lugar de fácil acceso para todos los turistas. Si quiere algo menos concurrido, las playas de San Luis son el sitio ideal, entre estos dos extremos está el sector de Rocky Cay y para los más aventureros el mar de Johnny Cay será el que más les guste.
Algunos turistas prefieren la isla de Providencia, cercana a San Andrés y que comparte la belleza de su mar, pero yo me quedo con San Andrés, pues me parece que conjuga la comodidad, el comercio, la variedad de lugares para encontrar comida deliciosa y la belleza de sus playas, pero si usted prefiere más tranquilidad y privacidad, seguro Providencia es el destino más indicado.
A dos kilómetros del aeropuerto se encuentra un hotel, en el sector de la Rocosa, desde sus habitaciones se puede disfrutar la vista al mar, lejos del bullicio del centro, es el hotel Sunset Paradise, un refugio para familias, parejas o, aún, para aquellos que viajan solos, lo atienden sus dueños, Patricia y Fernando, cuya hospitalidad hace la diferencia en el impersonal mundo hotelero. Se los recomiendo. Yo ya añoro volver a mi paraíso personal, que se encuentra en una isla del mar Caribe colombiano.