El martes, 25 de marzo/2025, el maestro Guillermo Rendón, cumplió ¡90! años de fructífera vida, en la ciencia y en el arte.
Rendón comenzó escuela en el Conservatorio de la Universidad de Caldas y fue el alumno más destacado del inolvidable maestro Ramón Cardona-García, quien cayó asesinado a sus pies, en paso por la cordillera central, en uno de esos horrores de la violencia, tan perseverantes en Colombia la nuestra.
En memoria de él publicó una minuciosa investigación sobre su vida y su obra, con rescate de la obra musical, en creación y arreglos (“Ramón Cardona-García: del romanticismo de campo a la armonía ciudadana”, 2005).
Se formó en estudios más superiores en Argentina y Brasil, con encuentro afortunado de Anielka Gelemur, pianista de concierto, con quien emprende destinos por Europa, con formación en doctorado en la Universidad Humboldt de Berlín en campos de la Etnografía.
Desde temprano Rendón se ocupó de formarse en disciplinas del humanismo, en la Filosofía, la Literatura, la Historia del Arte, el Psicoanálisis, la Antropología, la Sociología,… Y como escritor ha sido ensayista, historiador y poeta.
Polímata y polígrafo, con manejo del inglés, francés, alemán, italiano, portugués; conocimientos en las lenguas aborígenes: Tunebo, Tukano, Kunimía, Cubeo, Chibcha, Quechua, Umbra y Kumba (lenguas, estas dos, descubiertas y sistematizada por él). Además de conocimientos en griego y latín, lenguas clásicas.
En el campo de la Etnografía realizó investigaciones del neolítico de la sabana de Bogotá, los hallazgos antropológicos del Vaupés, la reserva ecológica y cultural de Tunebia, Caldas rupestre, con calco y desciframientos de petroglifos en el sector de Riosucio, de las culturas Umbra, Chamí y Picará.
Su labor de compositor ha quedado consignada en poco más de cien obras de gran trascendencia técnica y temática.
Sorprende advertir que su primera obra no fue algo de primerizo, sino que se desplegó con reto grande, tal su “Sonata para violín y piano”, con recitativo en quechua, compuesta en La Plata (Argentina, 1962).
Otra obra de gran envergadura es el “Grabado de Anna Bella Geigar” (1968), en la forma procesional, con actitud energética del sonido, de 27 minutos de duración, estrenada en 1970 en Schwerin (Alemania), por la Orquesta Sinfónica de la misma ciudad con Hermut Schach, director.
También fue interpretada en Brno (1975) por la Orquesta Filarmónica de la misma ciudad (Checoslovaquia), con la dirección del compositor.
De igual modo desarrolló composiciones musicales para teatro y cine; corales y cantatas; cuartetos de cuerdas; obras para solistas en diversos instrumentos de cuerda y de viento; dos obras de exaltación de la poesía de Fernando Mejía-Mejía, y otras con textos de CER para soprano y mezzosoprano.
Buen número de sus obras han sido interpretadas por agrupaciones europeas, en especial recuerdo del “Duo Contemporain”, holandés, que tuvimos en 1984 (20 noviembre) en la Biblioteca Nacional, integrado por Henri Bok, en clarinete bajo, y Evert Le Mair, en marimba, con ejecución de sus obras: “Pentamorfosis en marrón y argenta” (28’), integrada por tres movimientos: 1. Penta-ritmo; 2. Pentafonía, y 3. Pentamorfosis.
Sirvan estas palabras para celebrar la vida y la obra de una de las personalidades mayores en la historia de la Cultura en Iberoamérica.