‘Cualquier’ (apócope de ‘cualquiera’ – del pronombre relativo ‘cual’ y la inflexión verbal ‘quiera’) es siempre adjetivo indefinido, pues solamente se emplea con los sustantivos, masculinos o femeninos (‘cualquier individuo’, ‘cualquier cosa’). ‘Cualquiera’ puede ser pronombre indefinido (‘cualquiera puede hacer eso’) y adjetivo (‘una casa cualquiera’). De acuerdo con esto, cuando este pronombre antecede al sustantivo, siempre va apocopado. Norma olvidada por la columnista de El Tiempo Viviane Morales Hoyos en la siguiente afirmación: “Ellos (los latinos) están preocupados por la economía, la inmigración y la seguridad, como cualquiera otro de los ciudadanos americanos” (Kamala Harris se pifió, 12/11/2024). “...como cualquier otro de los ciudadanos...”, así, sin duda. Sus plurales, por su etimología, son ‘cualesquiera’ (‘cualesquiera que fueren sus opiniones’) y ‘cualesquier’ (‘cualesquier clientes’), en la práctica, muy poco usado, aunque se oye con frecuencia mal empleado (‘cualesquier perico de los palotes’). ‘Cualquiera’, como sustantivo, significa alguien de poco valor o mérito, un ‘don nadie’ (‘ese abogado es un cualquiera’) o una mujer de mala vida (‘una cualquiera’). En estos casos, su plural es ‘cualquieras’. 
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‘Previo-a’ (del adjetivo latino ‘prævius-a-um’, ‘que está delante’) es adjetivo, no adverbio. No obstante, y como lo he anotado innumerables veces, su uso como adverbio* se ha generalizado de tal manera que, incluso redactores curtidos, lo emplean así, no importa que haya la forma castiza y más fácil de expresar lo mismo. Prueba de ello, este titular: “Registraduría: crece la polémica por imputación de la SIC previo a año electoral” (El Tiempo, Colombia, 12/11/2024). ¿No es más fácil –y correcto, además–  decir o escribir ‘antes del año electoral’? Por supuesto que sí, pero, por un inescrutable arcano, son únicamente los errores gramaticales los que se vuelven tendencia, como dicen ahora. *El adverbio es ‘previamente’, que nadie usa. ¿Por qué? –Porque es castizo. Por esto, precisamente. 
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El término ‘resiliencia’ es un neologismo (2014, decimotercera edición de El Diccionario). Su adjetivo es ‘resiliente’, del cual escribió el columnista José Jaramillo Mejía: “Esa palabra (resiliente), de origen griego, significa rebotar...” (LA PATRIA, 11/11/2024). No, es de origen latino, pues viene del participio presente o activo –‘resiliens-entis’ (‘el que rebota’)– del verbo latino ‘resilire’ (‘saltar hacia atrás, volver a saltar,  rebotar’). Definición de resiliencia: “Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos”. En el mismo artículo escribió: “...y encausarlos por rutas de progreso y superación”. Un gazapo, nada más, porque él sabe muy bien que es ‘encauzarlos’. ‘Encausar’ es ‘enjuiciar, procesar’. 
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La guía del número 1 horizontal del crucigrama de El Tiempo (13/11/2024)  era ésta: “Vecinos de los helenos”. Sin dudarlo, escribí ‘italianos’. Pero ni la ‘ene’ ni la ‘o’ me ayudaron a resolver los verticales 7 y 8. Busqué en los diccionarios una palabra cercana de la entrada ‘italiano-a’, pero sin éxito. Desistí, entonces, y dejé el crucigrama incompleto. Al día siguiente, como lo hago siempre, leí las respuestas, y, ¡claro!, apareció la que necesitaba: “Italiotas”, que, por supuesto, desconocía por completo, y que no se encuentra en los diccionarios regulares. Fui, entonces, a Google, y la encontré con esta definición: “Los italiotas (en griego antiguo Ὶταλιῶται , Italiōtai) fueron un pueblo prerromano grecoparlante que vivía en la península itálica, y que ocupaban el territorio costero entre el golfo de Nápoles y el golfo de Tarento”. Y una definición italiana dice así: “Calificativo de una persona a la cual arbitrariamente se le atribuyen limitaciones mentales y bajo nivel cultural”. Quedamos, pues, informados los que ignorábamos esta palabreja.