Después de los feminicidios de hace un mes en Manizales, y como una sentida necesidad de poner sobre la mesa el tema de prevención y acción en torno a la violencia de género; el pasado 29 de junio se llevó a cabo el primer conversatorio ‘Conversemos para Crecer’ organizado por la Comunidad Mujeres Con Ideales y la Cámara de Comercio de Manizales por Caldas. Para nuestra alegría, tuvimos el auditorio lleno (presencial y virtual) y una receptividad absoluta por parte de los distintos actores: gobierno, academia, instituciones, empresarios, gremios y personas del común. Hoy vengo a compartirles los aprendizajes de la jornada, que no será la única. Esto apenas empieza.
El panel estuvo a cargo de expertos: Ángela Salazar de la Fundación Milagro de Abril, Ana María Mora de la Defensoría del Pueblo, Carlos Eduardo Jaramillo de la Universidad Autónoma de Manizales (UAM), Juanita Espeleta de la Gobernación y Jhoana Patiño del CINDE . 
Empecemos por lo básico, la violencia es un asunto de poder y control del victimario sobre la víctima, en muchos casos invisibilizada, difícilmente identificable y naturalizada. 
Las violencias basadas en género: “Son toda acción u omisión que afecta la integridad física, emocional y mental de una persona, independiente de su sexo o su género”. Hay varios tipos de violencia, que se sostienen por una cultura machista y un patriarcado que las perpetúa, las más frecuentes son: 
Física, la que más fácil se identifica.
Psicológica, es la menos perceptible, son: humillaciones, amenazas, manipulaciones o intimidaciones. 
Sexual: propuestas sexuales de personas en posiciones de poder (jefes, profesores etc), abuso, violación o cualquier práctica no consentida (así sea por parte de la pareja).
Económica y patrimonial, originada generalmente en dependencias económicas. Pero hay otras: las pérdidas, transformaciones o destrucciones del patrimonio. 
En Caldas ha habido un incremento del 13% de las denuncias en el último año (periodo enero a mayo), con una otra cifra desalentadora, el 99% de las víctimas regresa con el agresor. También vale la pena decir que según la Organización Mundial de la Salud a nivel global, solo se denuncian 10% de los casos, y según ONU Mujeres algo menos del 2% son falsas.
Por otra parte, históricamente se ha descargado en las mujeres la responsabilidad del cuidado, pero hay que trabajar en la otra cara, en la del respeto y la no violencia del lado de los hombres, y por su puesto en  las diferencias.  Las cifras demuestran que por una mala gestión de sus emociones, ellos son mayoria en: habitantes de calle, suicidio, consumo de alcohol, entre otras.  Ahí se requiere apoyo, en aras de mejores familias. El trabajo debe ser con víctimas y victimarios; teniendo presente que los hombres también son violentados. Las organizaciones deben ser actores activos, por ejemplo en la UAM existe el programa “No lo dejes pasar”. 
Es responsabilidad de todos desestructurar las violencias, estas van más allá de las víctimas, involucra las familias y los entornos, es un problema de salud pública que vale la pena combatir para que la sociedad sea mejor.  Para tener contexto vean, repitan y/o difundan este conversatorio: https://cutt.ly/Vwy6E9sB (minuto 55) o simplemente lo buscan en el canal de Youtube de la Cámara de Comercio. 
Pero hay que ser conscientes que esto no se resuelve desde lo individual,  en Manizales hay más de 120 organizaciones de mujeres, pero se deben generar mejores capacidades colectivas. Por eso, en este conversatorio se lanzó el Pacto Sello Turquesa y el Programa Estefanía Martínez. Este será el tema de mi próxima columna.