Esta semana tuve la oportunidad de conversar con Mónica Gasca, directora ejecutiva de la Asociación Colombiana de Hidrógeno, quien tiene una visión ambiciosa sobre el futuro de esta fuente de energía en Colombia. La asociación ya cuenta con 40 asociados y busca promover la producción de hidrógeno en nuestro país, acompañando el proceso de descarbonización mundial.
Mónica proyecta que Colombia sea pionera y líder en la producción y exportación de hidrógeno verde para el año 2032, año en el cual la Unidad de Planeacion Minero Energetica (UPME) espera que nuestro país tenga la capacidad en su matriz energética para proveer el 48% de la energía eléctrica con fuentes eólicas y solares, fuentes que apalancarán la producción del hidrógeno. 
Existen varios métodos para la producción de hidrógeno. Tal vez la electrólisis de agua es uno de los más afines con los procesos de descarbonización. Con este método se separan el hidrógeno y el oxígeno del agua por medio de un equipo llamado electrolizador. En la separación de estas moléculas existe una alta demanda de energía eléctrica, que  puede llegar a representar hasta un 70% de los costos de producción, según Mónica Gasca. Lo anterior, en mi opinión, crea la paradoja del hidrógeno. ¿Se justifica la alta demanda de energía para generar una nueva energía? ¿Es eficiente hacerlo y es económicamente viable?
Cuando se define la fuente de la energía eléctrica para producir hidrógeno, aparece el famoso arcoíris de colores. El hidrógeno verde es aquel en que la energía utilizada en la producción proviene de energías renovables: solar, hídrica y eólica. El hidrógeno gris proviene del gas natural. El morado de la energía nuclear, y así hay un abanico de colores. 
La asociación Colombiana de Hidrógeno promueve la producción de hidrógeno verde, lo cual es un reto para toda la matriz de energías renovables, ya que este tipo de energías deberán crecer paralelamente. Un punto a tener en cuenta es que al ser el nuestro un país con una producción hidroeléctrica robusta, se podrían utilizar los excedentes de electricidad para la producción de hidrógeno. 
Colombia es un país estratégico para la producción de hidrógeno verde, pues tenemos un mayor promedio de radiación solar y vientos que garantizan la producción de energía eólica, abundancia en agua y una ubicación geográfica privilegiada. Una de las preguntas que los inversionistas se harán es en qué regiones del país ubicar estas plantas de producción. Mónica mencionó algunas, de las cuales me llamaron la atención la Zona Caribe y el olvidado departamento de la Guajira. Dicho departamento tiene grandes retos en la implementación de parques de energías renovables, así como en la infraestructura y en la concertación con las comunidades. Sin embargo, cuenta con gran potencial debido a sus características geográficas y el acceso al agua del mar; esta última cualidad garantizará la oferta de agua para la producción, posterior a un proceso de desalinización. Estos proyectos no solo tendrían un impacto ambiental y económico; sino que además tendrían un impacto social, al poder llevar el agua a miles de habitantes que hoy no cuentan con este recurso.
La industria del hidrógeno regresa para transformar varios sectores de la economía, tales como los procesos industriales, el transporte de mercancías y pasajeros, entre otros. A medida que se generen economías de escala, se promuevan políticas gubernamentales, haya una mayor concertación con las comunidades y existan beneficios para que la empresa privada invierta en él, el hidrógeno se convertirá en un elemento relevante para el proceso de transición energética en el futuro, con Colombia en el mapa como gran productor.