“Digo que cualquiera
que tiemble en este momento es culpable;
pues  la inocencia nunca teme 
la vigilancia pública”
Fred Vargas
Óscar Iván Zuluaga ha sido acusado formalmente por algo que siempre negó. “La Fiscalía ha informado este martes que presentará una solicitud de audiencia para imputar cargos al exministro de Hacienda y excandidato presidencial del Centro Democrático Óscar Iván Zuluaga por presuntamente haber recibido, sin reportarlos, 1.610.000 dólares de la constructora brasileña Odebrecht para su campaña. Con ese dinero, se buscaba cubrir la contratación del publicista brasilero Duda Mendonça. Los delitos que se imputarán a Zuluaga son falsedad en documento privado, fraude procesal y enriquecimiento ilícito. A su hijo David Zuluaga, quien fungió como gerente de esa campaña presidencial, se le imputarán cargos por un delito, el de fraude procesal”.
Pero la vida de Oscar Iván Zuluaga va más allá de los puestos que ha ocupado en su vida política. Una larga carrera después de su paso  como concejal y alcalde de Pensilvania, Caldas. Con su esposa Martha Ligia Martínez, una costeña administradora de empresas de ascendencia antioqueña, tiene una familia en la que nacieron  sus hijos: David, Juliana y Esteban. Es  David el que está también imputado por fraude procesal como gerente de la campaña de su padre. 
Ya lo decía bien Bernardo Stamateas: “deshazte de las culpas falsas, solo eres responsable de tus decisiones, no de las ajenas”. Pero eso  no parece importarle al que fuera concejal, alcalde, congresista del CD, exministro y excandidato seguidor furibundo de su ídolo Álvaro Uribe Vélez.
También lo dijo  bien Roberto Gómez. Bolaños: “El sentimiento de culpa, ese que con cierto masoquismo hace que uno  se considere como único responsable  de lo acontecido, cuando la realidad señala que siempre hay que compartir la culpa”. Compartirla por supuesto, con los que son culpables y cómplices, esos que se rasgan las vestiduras y quieren aparecer ante la opinión pública como faros de una moral que no tienen, cargados de cuestionamientos, que han logrado evadir con la viveza propia de los delincuentes de alta estofa y la complicidad o miedo de los que los secundan, que  saben que correrían peligros muy grandes, si determinados a decir la verdad y señalar a los que hicieron parte del entrampado. 
No caben dudas, con las pruebas aportadas, de la responsabilidad que tiene Oscar Iván Zuluaga. Pero vale la pena preguntarse: ¿Es el único responsable?, ¿Cuándo decidirá  decir la verdad sobre la participación de otros en ese entramado de corrupción y dineros  mal habidos?, ¿Tendrá la capacidad de desmentir la oportunísima “pipisiada” de Iván duque Márquez, que utiliza ese recurso para salvar responsabilidades, en argumento tan tonto como infantil, más cuando se sabe que después de esa reunión, adquirió un apartamento en Washington “tras el pago de 239 mil dólares a Kye Re Hwang. La transacción se efectuó a través de una escritura de garantía especial, con un canon simple, ante el notario Víctor Betancourt, en el condado de Fairfax en el estado de Virginia”, que dice compró con parte de sus cesantías en el BID y un crédito que tomó y que luego dejó en fideicomiso,  compra que además de su coincidencia en el tiempo, ha sido muy cuestionada. https://cuestionpublica.com/apartamento-ivan-duque-washington/
Nada de eso puede responderse en sana lógica y sin hacerle torcidos a la verdad, pero es inconcebible que un hombre esté dispuesto a asumir totalmente la responsabilidad de un hecho, a sabiendas de que con eso está colgándole una soga delincuencial a su hijo. No hay excusa para eso, la dignidad de una familia y la defensa de un hijo están por encima de cualquier consideración, caiga el que caiga, así tenga que destapar toda la realidad que se esconde en ese entramado de corrupción, oscuro y fétido, que quieren hacer aparecer ahora como un acto individual, en el que nadie distinto a él, tuvo incumbencia o interés.  
Puede estar seguro que en la pena que le impongan, no tendrá el apoyo de su “carga maletas” Carlos Felipe Mejía, tampoco el de Adriana Gutiérrez, mucho menos el de Iván Duque. Por su puesto Álvaro Uribe Vélez, dirá que no tiene idea de lo que paso, que fue  a sus espaldas, y lleno de mezquino y falso arrepentimiento, dirá que es una vergüenza para su muy poluto y bastante cuestionado movimiento, el CD. 
Ya es hora de que Zuluaga diga quienes tienen vínculo con ese entramado que se realizó con Odebrecht. ¿Hablaría de Duque, Uribe y sus hijos?. No puede someterse al escarnio y la culpa solo, cuando hay otros implicados.
 “Los que dejan al rey errar a sabiendas,
merecen pena como traidores”
(Alfonso X el sabio).