El barrio La Enea está de fiestas. Su historia está atada a la historia de la Vivienda de Interés Social en Colombia y a la del Instituto de Crédito Territorial (ICT) creado en el Gobierno del presidente liberal Eduardo Santos Montejo en 1939. Los predios para la construcción de lo que originalmente se denominó urbanización La Nubia fueron comprados por el ICT o el Inscredial como también se le conocía, entre los años 1973 y 1975 aunque la construcción realmente se inició en 1977.
Las arquitectas Johana Acero y Yohana Aguirre (Revista Bitácora Urbano Territorial, Universidad Nacional de Colombia, 2010) realizaron un diagnóstico sobre el estado de la  Vivienda de Interés Social en Colombia a partir del caso de la ciudadela La Enea y en el que destacaría los siguientes aspectos: La urbanización de 3.390 soluciones de vivienda fue proyectada por los arquitectos Gloria Inés Duque y José Velásquez; los lotes de las viviendas irían desde los 60 metros cuadrados (unifamiliares) hasta los 110 metros cuadrados (bifamiliares). Además de contratos de construcción, se recurrió a la autoconstrucción y la financiación era con y sin cuota inicial.
En suma, el ICT construía, autoconstruía, financiaba, cofinanciaba, asesoraba, erradicaba tugurios y fomentaba planes especiales para beneficiar a los trabajadores de empresas como la Industria Licorera de Caldas y los miembros de la Policía Nacional, que pudieron contar con vivienda en La Enea. Hasta una de las primeras escuelas se llamó ICT.  De esta política de vivienda absolutamente revolucionaria, también surgieron barrios como  Malabar, La Sultana, Fátima y La Asunción. Pero como lo bueno no dura, en 1991 se reformó el ICT dando lugar al Inurbe y transformando radicalmente el modelo de un Estado constructor de soluciones de vivienda, por un Estado facilitador que entregó a los particulares la sensible labor de tener casa propia.
La estocada final a la política de una vivienda digna llegó con el Gobierno de Uribe (2003) cuando liquidó el Inurbe y creó el Viceministerio de Vivienda y el Fondo Nacional de Vivienda (Fonvivienda) que lideró la construcción de los micro apartamentos del barrio La Avanzada en la destruida comuna San José y que no responden al postulado del derecho a una vivienda digna (artículo 51 de la Constitución Política de Colombia). 
Las arquitectas Acero y Aguirre, compararon lo que sucedió en La Enea con proyectos de Vivienda de Interés Social que de manera posterior se desarrollaron en urbanizaciones como Altos de Santa Ana, donde se entregaron soluciones de vivienda de 35 metros cuadrados y que dejan en evidencia la crisis de la VIS.
Concluyen llamando la atención en favor de la planeación y la calidad de la arquitectura y el urbanismo, invitando a rechazar proyectos de vivienda que obliguen a sus habitantes a vivir bajo condiciones preocupantes.  La Enea es un ejemplo de un Estado que hizo bien las cosas. Por eso la felicitación no es sólo para sus habitantes, sino también para el ICT así tristemente ya no exista.