La percepción ciudadana no es un indicador menor. Nos habla de confianza, de expectativas y, sobre todo, de cómo las personas sienten su ciudad y su futuro.
Los resultados de la última Encuesta de Percepción Ciudadana de Manizales Cómo Vamos reflejan una tendencia clara: después de los vaivenes de los últimos años, la esperanza y la satisfacción general con la ciudad siguen firmes.
Si bien en 2022 hubo un desplome en el porcentaje de personas que consideraban que las cosas iban por buen camino (51%), el 2023 y 2024 muestran una recuperación significativa, con cifras del 79% y 73%, respectivamente.
Este comportamiento nos recuerda que la confianza de la ciudadanía no es estática: responde a factores coyunturales, pero también a dinámicas de largo plazo que moldean nuestra visión de la ciudad.
Esto nos plantea una pregunta importante: ¿qué factores han permitido esta recuperación de la confianza? Sin duda, la capacidad de la ciudad para responder a los desafíos y la fortaleza de su gente han jugado un papel clave.
Manizales sigue siendo, sin lugar a dudas, un lugar altamente valorado para vivir. A pesar de las fluctuaciones, el nivel de satisfacción se mantiene por encima del 90% en los últimos años.
Estos datos no solo reflejan un reconocimiento a la calidad de vida, sino también una base sólida sobre la cual seguir construyendo.
Contar con servicios públicos eficientes, calidad del aire, espacios públicos adecuados y una comunidad comprometida son factores que contribuyen a esta percepción positiva y que deben ser protegidos.
Sin embargo, el ámbito económico sigue siendo un desafío. Aunque los datos muestran una disminución en la percepción de deterioro económico en los hogares (del 34% en 2022 al 20% en 2024), aún hay una porción importante de la población que cree que las cosas siguen igual.
Es fundamental preguntarse cómo se puede traducir esta percepción en acciones concretas que promuevan mayor bienestar para todos. La ciudad necesita seguir apostándole a la innovación, la atracción de inversión y el fortalecimiento del tejido productivo para garantizar que la recuperación económica llegue a más personas.
Aun así, el optimismo sobre la economía de la ciudad ha crecido: en 2023, el 57% de los encuestados expresaban confianza en el futuro económico, y aunque en 2024 la cifra bajó a 49%, sigue siendo un porcentaje relevante que muestra expectativas favorables.
Este dato nos recuerda que la confianza en el futuro depende no solo de las condiciones económicas actuales, sino también de las expectativas que se generan sobre lo que está por venir.
La clave está en interpretar estos datos no solo como una fotografía del momento, sino como un mapa de oportunidades. La estabilidad en la percepción positiva sobre la ciudad y la recuperación en la confianza general indican que hay un camino claro para avanzar.
La tarea, entonces, es fortalecer ese optimismo con acciones concretas que mejoren la calidad de vida, promuevan la recuperación económica y refuercen la confianza ciudadana en el futuro.