El arte de amar y ser feliz es tomar la vida como es, no cómo  una lucha, si la tomas así te estresas.

Fluye sereno como el agua en calma, sin hacer resistencia, sin forcejeos estériles.

Felicidad es estar con Dios y asumir que todo pasa. Así lo arduo no te afecta y no te roba la paz del alma.

La flexibilidad y la humildad te convierten en un ser que armoniza a los demás. 

En el aparente desconcierto, todo tiene un sentido, incluso lo que ves como absurdo o injusto.

Lo que etiquetas como malo es un arduo aprendizaje para sanar algo, hacer cambios y pulirte.

Cuida espíritu, mente y cuerpo, verás que la felicidad es tu hada compañera, no un duende escurridizo.

Cuando te sientas sin alientos cálmate, medita, sé paciente y confía. Apela a lo mejor de ti.

 

@gonzalogallog