No hay nada más poderoso que el amor auténtico; es decir, un amor que es de acciones y no solo de palabras bonitas.
Un amor intenso a ti mism@, a Dios que mora en ti, a los demás, a la prodigiosa creación y a un tesoro llamado vida.
Cuando esos amores son verdaderos y fuertes ¿piensas en suicidarte? Es para dudarlo. Digamos que es imposible.
Por lo mismo, sincérate y pregúntate: ¿Estoy cultivando y cuidando esos amores? ¿En verdad amo y me amo?
Un frágil autoamor a sí mismo, a Dios, a los demás y a la misma vida es la raíz de los males que abruman al ser humano.
Y detrás de ese pobre autoamor se asoma un gran eclipse espiritual y un ego orgulloso que lleva a la persona a creer que está muy bien y que no necesita cambiar nada.
@gonzalogallog