El odio y la culpa enferman; si son profundos y viscerales, pueden llevar al origen de un cáncer.

Muchos estudios y casos lo prueban, como también prueban el poder sanador del perdón.

Con la ayuda de Dios, saca de tu alma todo lo que te corroe por dentro y envenena tu espíritu.

Ámate y mira a los que te han hecho daño como seres inconscientes, son espíritus poco avanzados.

Los golpes bajos son aprendizajes de perdón, y tú puedes sanar las heridas emocionales si lo decides.

El perdón viene de Dios, de una fe muy firme y un amor muy intenso, te libera y te llena de gozo.

No es fácil, pero si perseveras en el intento, un día las cadenas se rompen y el peso se suelta.

Perdónate y perdona por tu propia felicidad y tu salud. Te inspira mi libro “La magia del perdón”.

 

@gonzalogallog