La Tierra es uno entre muchos lugares de aprendizaje y evolución para los espíritus.
Acá el alma puede enfrentar lo negativo para mostrar su fuerza, sus capacidades y su coraje.
Cada espíritu es libre para elegir sus aprendizajes y, al morir, nadie lo juzga si hay errores.
Cada espíritu hace su avance de una inconsciencia dormida y el desamor a una consciencia despierta y al amor total.
Ese avance se hace en muchas vidas, y cada alma tiene su ritmo sin que nadie lo presione.
En la Tierra siempre se encuentran almas más avanzadas, que llaman “buenas”, con almas menos avanzadas vistas como “malas”. Eso es necesario porque el “bueno” enseña al menos avanzado por imitación; como si le dijera: Haz lo que yo hago.
El menos avanzado aprende a las malas, y al fallar, ayuda al “bueno” a practicar perdón, paciencia, aceptación o desapego.

@gonzalogallog