Está probado que Dios asiste, acompaña, ilumina y ayuda, pero tienes que hacer tu tarea.
Es bien cómodo esperar que todo se arregla si rezas, diezmas y vas a un templo.
Muchos no hacen nada de eso y están bien. Por eso dijo Jeshua: “Me dicen. Señor, Señor, pero no hacen lo que enseño”.
Es bien engañosa una fe superficial, una frágil fe de ritos, de palabras, y no de buenas acciones.
Lee un buen libro que sirve para tener una visión más real, práctica y comprensible de Dios y la vida.
Se llama “El plan de tu alma” y, si lo asumes, seguro que nunca más vas a pelear con Dios.
El alma es como el atleta que programa exigentes pruebas para mostrar sus dotes.
No todo se programa en el cielo, pero sí lo más importante y Dios respeta tu libertad y ese plan. Haz click en Aprendizajes y lo hallas: gonzalogallog

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