Creo que te consideras una persona con mucha fe, y un profundo e intenso amor a Dios.
Es lo más frecuente y, al mismo tiempo, es un delicado y funesto autoengaño.
Al humano le gusta jactarse de lo que no practica y creerse con frescura sus propias mentiras. Veamos:
¿Rezar unos minutos e ir a veces a un templo es una prueba de una fe recia y firme?
Para nada, ya que la fe se ve solo en una vida correcta y rica en amor puro.
También en tener presente a Dios durante los 1.440 minutos de cada día. ¡Es mucho tiempo!
A los que de verdad amas los tienes muy presente, pero, ¿es así con Dios?
No veo que así sea en muchas personas. No lo aman, ni lo piensan, ni le hablan, a no ser que los asuste un sismo.
@gonzalogallog