Avanzas en el sendero espiritual si te valoras y aceptas a otros como seres independientes.
Eso implica amarte y amar sin ataduras, con un amor libre, sin las cadenas de la posesividad.
No es fácil ya que cuando el amor propio es débil, los apegos se cuelan por los entresijos del alma.
Entonces crees amar, pero amarras al ser querido, lo dominas y te le pegas como una sanguijuela.
Es grave llamar amor al asimiento, sufres y lastimas con una relación absorbente y asfixiante.
Mira si quieres asumir el riesgo de amar sin amarrar, de respetar al otro y soltarlo.
Hazlo con tu pareja, tus hijos y tus amistades, y déjalos que hagan su propio camino.
No es fácil pero sólo así estás en paz y, si alguien se va, no te deprimes ni piensas en suicidarte.

@gonzalogallog