El pasado 30 de abril concluyó el primer periodo de sesiones ordinarias del Concejo de Manizales en este 2025. Fueron 50 días intensos de control político, debates fundamentales y análisis críticos sobre la gestión municipal. Uno de los hallazgos más preocupantes fue la identificación de 105 mil millones de pesos no ejecutados por a Administración durante el año anterior. Este dato genera serias alertas, especialmente cuando áreas prioritarias como la salud mental, el bienestar de las personas mayores y la educación inclusiva siguen funcionando a “media máquina”.

Es inaceptable que recursos destinados a atender necesidades sociales urgentes permanezcan sin invertirse. Estos temas no admiten demoras ni excusas; requieren acción inmediata y compromiso real.

En medio de esta coyuntura, el Concejo también dio un paso hacia el futuro al cerrar este periodo con un foro especial dedicado a pensar en la Manizales bicentenaria, que celebrará sus 200 años en el 2049. Aunque pueda parecer lejana, la fecha está más cerca de lo que imaginamos. Por eso, es fundamental que desde ya empecemos a construir una visión compartida para nuestro territorio.

Este ejercicio no puede limitarse a unos pocos actores políticos o institucionales. Necesitamos la participación activa de todos los sectores. Debemos construir una visión prospectiva intergeneracional e interdisciplinaria para el bicentenario de Manizales. Esto implica trascender las barreras del tiempo y los saberes, apostando por un proceso incluyente que abrace la diversidad de voces y perspectivas.

Desde lo intergeneracional, es fundamental que jóvenes, personas mayores y niños compartan el mismo espacio de diálogo, reconociendo que quienes están comenzando su camino de vida tendrán en sus manos el destino de la ciudad en el futuro, mientras que las generaciones actuales tienen el deber de sentar las bases para ese legado. Las ideas y propuestas de los jóvenes deben ser escuchados con la misma seriedad que la experiencia y memoria histórica aportada por las personas mayores.

Desde lo interdisciplinario, esta visión debe nutrirse del conocimiento combinado de múltiples campos: la ciencia, el arte, la tecnología, la ecología, la economía y la cultura, entre otros. Cada disciplina tiene algo valioso qué aportar para imaginar una Manizales resiliente, innovadora y sostenible. 

Así, la visión para el bicentenario debe ser un puente entre generaciones y saberes, en la que la colaboración sea el motor para construir una ciudad que no solo responda a las necesidades actuales, sino que también anticipe los desafíos futuros. Manizales 2049 debe ser el resultado de un pacto colectivo que valore su historia, aproveche su presente y se atreva a soñar con el mejor futuro posible, equitativo y sostenible para todas las personas que la habitan.