Año tras año se repite la vieja máxima: “La política es dinámica”. Vicky Dávila, cuando era presentadora de la sección “La cosa política” de Noticias RCN, repetía la frase “y la cosa política sigue… moviéndoseee”, con un ligero movimiento de cadera. Por ahora una de las que más se ha movido es ella: en noviembre del 2024 punteaba las encuestas, pero hoy es sexta, según la última de Invamer, y a duras penas pasa el 3% de intención de voto.
La cosa no cambia en cuanto a la política local, en el sentido de que ha seguido moviéndose. Resulta que los primos Marín ahora son enemigos políticos. Desde hace unos meses mantenían distancia, lo cual parecía una más de sus estrategias. Pero no, “la política es dinámica”. Esta es la historia de su cercanía y luego distanciamiento:
Según registra en su perfil del Congreso, Santiago Osorio Marín fue periodista, trabajó para medios nacionales como City TV. En el 2019, prestó servicios para el Senado de la República y fue asesor de comunicaciones en la Presidencia de Iván Duque. Luego, en Manizales, durante el 2020, trabajó para Inficaldas cuando el gobernador era Luis Carlos Velásquez y fue colaborador infaltable de su primo alcalde, Carlos Mario Marín. Osorio Marín había logrado una buena hoja de vida, pero no lo conocían en esta región. Tampoco había hecho un trabajo político tal como para resultar elegido a la Cámara, una elección para la que se necesitan por lo menos 20.000 votos para asegurar la curul.
Esta se debió a otros motivos, más relacionados con la maquinaria política departamental que con su propio liderazgo personal. Osorio quedó de segundo; sacó más votos que el exalcalde liberal Octavio Cardona, y solo superado por Wilder Escobar de Gente en movimiento. La Procuraduría abrió investigación preliminar en el 2022 por denuncias de participación política en la Alcaldía de su primo. Así y todo, Osorio Marín ha sido un representante destacado y se volvió uno de los alfiles del presidente Petro en la región cafetera. Se supone que Osorio Marín le estaba calentando el puesto al exalcalde Marín Correa, pues (siendo generosos, casi es Navidad) en parte le debe la elección a la Cámara de Representantes. Nada de eso, un desencuentro entre ellos provocó que Osorio Marín se calentara el puesto a sí mismo.
Ya como exalcalde, para las elecciones al Congreso de este año, Carlos Mario Marín se movió por varios partidos buscando aval y así lanzarse a la Cámara. Todo indica que no goza de buena reputación, aunque diga ser un elegido de Dios. Él mismo denunció que su primo, el representante Osorio Marín, hizo varias jugaditas para impedir que lo avalara su partido Alianza Verde: “Jugando sucio, inventando chismes, intimidando los concejales de los municipios no logrará pasar por encima de tantos años del proceso que lidero”, escribió el exalcalde en sus redes.
Le tocó conformarse con la coalición Alma y con el aval del partido Liga de Gobernantes Anticorrupción, fundado por el exalcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández. “La cosa política” se movió también para Carlos Mario: en el 2022, su movimiento político apoyó al presidente Petro, el contendiente de Hernández para la segunda vuelta presidencial. Ahora es el partido del finado Hernández el que lo avala. Cosas de la política.
Las malas lenguas hacen así las cuentas en cuanto a las cinco curules para Caldas en la Cámara: una para el lizcanismo (algunos dicen que dos, veremos), otra para el conservatismo, otra para el liberalismo y una más para el movimiento de Juan Sebastián Gómez (movimiento al que tendríamos que asignarle un nombre, pero suena raro el “juansebastianismo” o el “gomecismo”).
Faltaría una curul, en disputa de los primos. Todo quedará en familia. Esto no cambia en la política caldense, o si no que lo digan la representante Juana Carolina Londoño y su hermano Juan Manuel, candidato conservador a la Cámara. ¿Ganará la maquinaria de Osorio Marín y su buena comunicación política, o el supuesto fervor popular, pastoral y digital de Marín Correa? Sus otros enemigos políticos deben estar frotándose las manos para meter a alguien por la mitad. Entre tanto, la cosa política en Caldas seguirá moviéndoseee.