Me gusta la frase “Cuando el Congreso no escucha, el pueblo grita con votos”.
Esta poderosa frase contrasta con los bulos (mentiras presentadas como noticia), la desinformación en redes sociales y en los medios de comunicación, y las trabas legales e institucionales que pretenden bloquear esta herramienta democrática, la consulta popular, promovida por el Gobierno de Gustavo Petro.
La consulta popular, con raíces en la democracia griega, es un mecanismo vital para la toma de decisiones trascendentes.
En Colombia la consulta popular está regulada por los artículos 103 a 105 de la Constitución, y las leyes 134 del 94 y 1757 del 2015, permitiendo al Poder Ejecutivo someter a consideración ciudadana temas importantes.
Entre 1994 y 2022 se realizaron 42 consultas sobre la paz, integración metropolitana o minería, entre otros temas, consolidándola como un instrumento legítimo de participación ciudadana.
El proceso incluye la formulación de preguntas del Ejecutivo (el presidente), aprobación legislativa (Congreso), control previo (Corte Constitucional) y finalmente la votación del pueblo.
Requiere la participación del 33% del censo electoral (unos 12 millones) y se aprueba por mayoría simple (mitad más uno).
Aunque la consulta no legisla directamente, su resultado genera presión política innegable frente a los poderes que se resisten al cambio. Es la voz ciudadana hecha mandato.
La consulta popular es la oportunidad para que la ciudadanía ejerza el poder, como ya ocurrió en Pijao (Quindío) y Sucre (Santander), donde las comunidades, mediante consultas, frenaron proyectos de empresas mineras poderosas.
Votar SÍ en la consulta impulsa transformaciones necesarias y urgentes, y profundiza la democracia al vincular la voluntad popular con decisiones trascendentes, como las reformas para el cambio, que algunos tratan de impedir.
Superar el umbral y lograr mayoría por el SÍ enviará un mensaje claro: Colombia exige garantía para los derechos y cambios hacia la justicia social y la inclusión. La consulta popular permite que seamos protagonistas de este cambio.
Las propuestas de reformas a la salud (garantizar la salud como derecho fundamental, eliminar intermediarios, fortalecer la salud preventiva…) y laboral (salario mínimo vital, jornada laboral, horas extras, recargos dominicales…) benefician especialmente a jóvenes, mujeres, trabajadores informales y campesinos, protagonistas de este debate.
Mientras las mafias politiqueras y corruptas, los señores de la guerra y las élites del poder hegemónico le temen a la consulta popular, y tratarán de impedirla, el pueblo la defiende. ¡Promovamos la consulta con información veraz, participemos, y votemos por el SÍ!
Coletilla: Encontré en La Patria una reciente columna de Jorge Enrique Pava titulada “¿Consulta popular?, ¡qué va!”, y recordé el cuento de un niño que tenía que estudiar sobre el gato, el perro, la gallina, el conejo y la lombriz, y decidió estudiar solo la gallina. Cuando en el examen le preguntaron por la lombriz, respondió: «Es un animal pequeño que, cuando saca la cabeza, se lo come la gallina… la cual, por cierto, tiene plumas, cacarea, tiene alas, pero no vuela, y pone huevos…». Son muchos los que reducen el debate sobre la consulta popular a cuestiones parciales y superficiales, ignorando su esencia democratizadora y su potencial transformador para Colombia.