- Isabela: Sigo sin ver resultados concretos, Diana; dicen que hay un plan de desarrollo, pero la gestión es deficiente; hay cambios constantes de ministros, no se ejecuta bien el presupuesto y parece que todo dependiera solo de Gustavo Petro; esa es la debilidad institucional que me preocupa.

- Diana: Pero esa visión ignora la fuerza detrás del Gobierno, Isabela. Hay respaldo de los movimientos sociales que empujan el cambio, y las agendas ambiental y de justicia social están firmes. Lo que ves como debilidades en la gestión del Gobierno muchas veces es la resistencia de la derecha privilegiada: la burocracia que frena el proceso, los politiqueros corruptos que impiden el cambio y los medios de comunicación que desinforman. Tenemos el Gobierno, pero no tenemos el poder todavía.

- Evelio: La resistencia de la derecha no es pasiva. Los grupos de poder tradicional usan la prensa para desinformar, el Congreso para boicotear las reformas y el aparato judicial para desgastar. Usan el miedo y la manipulación para defender sus privilegios, y utilizar todas sus artimañas para bloquear el cambio, incluyendo la posibilidad de la eliminación política, jurídica o física de los que están desarrollando el cambio, incluso al presidente y a su grupo de trabajo.

- Germán: Claro, yo veo el bloqueo, pero la gente también está cansada de esperar. Hay una oportunidad ahí, y es que si el Congreso bloquea unas reformas tan importantes como la laboral o la de la salud, que se enfocan en beneficiar a las mayorías, ¿por qué no preguntarle al pueblo?. La consulta popular es la oportunidad para que la ciudadanía ejerza su poder y recupere su dignidad.

- Isabela: ¿La consulta? ¡Eso es un embeleco muy arriesgado!: espanta al capital y afecta la inversión. El riesgo es que terminen frustrando a la ciudadana, si no logran hacerla. No tienen estrategias de concertación claras con el Congreso, con los gremios y con los políticos.

- Diana: La consulta popular es, precisamente, la estrategia para superar el bloqueo institucional; es apoyarse en la democracia directa, que es una fortaleza del progresismo, para avanzar en el cambio. Cuando la democracia representativa cierra puertas para ponerse a defender los privilegios de unos pocos, solo nos queda la opción de preguntarle al pueblo. ¿Cuál es el miedo?

- Evelio: No subestimen las amenazas. De hecho la consulta ya ha sido objeto de ataques legales y mediáticos desde los poderes que sienten amenazados sus privilegios. Sus métodos no son muy “amigables” que digamos.

- Germán: Puede que haya riesgos, pero existe una gran oportunidad: construir “un nuevo pacto desde abajo”, con la gente. Si las reformas se convierten en las causas sociales de los que más las necesitan -trabajadores informales e independientes, madres comunitarias, campesinos, aprendices del Sena, transportadores-, y la gente ve que su vida puede mejorar, y deciden respaldarlas con su voto, entonces el panorama cambia por completo. Es momento de asumir el riesgo y marcar distancia de la política tradicional. ¡Que decida el pueblo!

Coletilla: Tranquilos, la consulta popular no muerde… solo redistribuye el poder.