Estoy seguro de que Vicente Garrido Genovés no conoce mayor cosa sobre nuestro presidente.

Trátase de un psiquiatra español, de Valencia, catedrático en la universidad de allá, asesor de la ONU y autor de más de 15 libros.

Leídos varios, me impresionó uno: “El psicópata integrado. En la familia, la empresa y la política”. Integrado, porque el desarreglo en su personalidad, que consiste en que desconoce la noción de culpa, en que para conseguir sus propósitos pasa por encima de sus semejantes causando perjuicios, pero se integra sin problema a la sociedad, porque su desajuste no es grave, y mantiene, además, un cierto control y disimulo de su egoísta idiosincrasia.

En ninguna parte menciona Garrido al presidente de acá, pero en el libro antes mencionado trae 23 características de quien sufre este trastorno y ejerce el poder. Las coincidencias que verá el lector más adelante son… científicas.

Me ahorro las comillas y se puede consultar todo lo que aquí expongo en esa obra, publicada por la Editorial Planeta Colombiana, 2025, Bogotá, páginas 190 y siguientes.

1.- Magnéticos para los medios, pero mantienen una permanente querella con los desfavorables. Buscan escandalizar. Trump aseguró: “Podría disparar a gente en la Quinta Avenida y no perdería votos”. Aquí, recordar en la ONU, que el petróleo es más dañino que la coca; y que en marzo no habría agua en Bogotá.

2.- Tratan de desconceptuar los otros poderes del Estado, para aumentar su poder. Aquí toda decisión judicial contraria a los intereses presidenciales resulta controvertida desde el Palacio de Nariño. ¿Cuántas veces contra el Congreso?

Sigamos. 3-. Culto a la personalidad. No acepta ninguna crítica.

4.- Impulsividad. ¿Cuántos trinos sin revisar, producto de su precipitación?

5-. Rigidez mental: aquí le choca al respectivo la concertación. 6-. Divide al país en buenos (los que están de acuerdo con él) y malos (los que no lo están).

7-. Burdamente utiliza a sus subordinados y aliados, y cuando ya no le sirven los mal despide.

8-. Sus nombramientos no son producto de méritos, sino de su afinidad.

9-. No obedece a principios, sino a finalidades utilitaristas. “Puede cambiar de principios cuando la oportunidad política lo aconseje”.

10-. “Utiliza el lenguaje de modo artero”.

11-. Su propósito principal es mantenerse en el cargo.

12-. Emplea palabras agresivas, pero también usa “perros de presa” (influenciadores y redes) para el trabajo sucio.

Continúo. 13-. “No acepta responsabilidad en sus medidas perjudiciales”.

14- . No mantiene la coherencia ideológica.

15-. Niega el libre examen y el debate entre sus seguidores.

16-. Cree que sus intereses personales son los del país. (Recuerden: tengo derecho a que me nombren mi -mi- fiscal, le lanzó en ese entonces a la Corte Suprema de Justicia).

17- Continuamente inventa conspiraciones y atentados.

18-. Ojo, entre comillas: “Utiliza los poderes del estado para favorecer a grupos criminales” 19-. Sus mensajes son ligeros y superficiales.

20-. No tiene amigos, solo servidores. 21-. Sus afectos familiares son superficiales.

22-. “Presenta tendencias paranoicas; cualquiera puede convertirse en su enemigo en cualquier momento”.

23-. Justifica los actos de violencia aduciendo cualquier razón. (La primera línea).

Calificados siquiatras podrán añadir otros numerales.