Aunque seguramente el señor alcalde, Carlos Mario Marín, no leyó mi anterior columna y tampoco leerá ésta (bueno, él no lee nada que se publique en La Patria; a él no le gusta este periódico; ni siquiera les pasa al teléfono a los periodistas de este medio), espero que alguno de sus áulicos de su gabinete le cuente bien lo que escribí.
Dije en mi columna pasada que los manizaleños no vemos materializado un proyecto serio de ciudad. El incumplimiento de sus promesas de campaña, lo que realmente muestra es que su visión de Manizales es cada vez más insignificante. Evidencias empíricas las hay: la línea 3 del Cable aéreo, la planta de tratamiento de aguas residuales, la pavimentación de vías y el organizador de Los Cedros, entre otros, están inconclusos casi tres años después. A esto hay que agregarle la proliferación de escándalos que absorben su tiempo para gobernar; casos como el de la Lotería de Manizales, o la investigación que abrió recientemente la Procuraduría General de la Nación porque, al parecer, el Instituto de Cultura y Turismo habría contratado a la empresa Conexión Eventos y Servicios para estructurar un proceso de contratación que supera los 3 mil millones de pesos. Y el más reciente: el convenio firmado con un representante de la imaginaria y autodenominada República de Liberland, para “capacitar” en inglés a 5 mil jóvenes, y que cuando trabajen les paguen por lo menos un 30% más de salario. ¿Esta es la manera como piensan hacer de Manizales una ciudad competitiva?
Y ahora, pretende el señor alcalde convertirse en el líder que adelantará el diálogo regional dizque para unir a los territorios del país y dar a conocer la agenda del presidente Petro, cuyos temas clave tienen que ver con educación, medio ambiente, energías renovables, organizaciones sociales, ambientales y rurales. Y dice que también se dedicará a convocar a los manizaleños a un “diálogo para establecer una agenda común sobre lo fundamental acerca de la Manizales del futuro.” Y me pregunto: ¿de verdad está pensando en el futuro de la ciudad? ¿En serio Ud. cree señor alcalde que logrará convocar a los ciudadanos para este propósito? Bueno seguramente sí, me imagino que irán los cortesanos de su gabinete a quienes les falta dignidad (como a su secretario de Competitividad que no fue capaz, al menos, de decirle que no hicieran ese video que circuló por las redes sociales).
Todo esto demuestra que el señor alcalde es incapaz de concebir una ciudad dinámica, inclusiva, innovadora, sostenible, creadora, moderna. Y es incapaz porque no tiene un marco teórico en el cual apoyarse. También lo dije en mi columna pasada: no sabe para qué estudió ciencias políticas. No se le ve el estudio ni de su pregrado ni de su posgrado. Lo dicho -y se lo aprendí a un profesor amigo-: los títulos no dan las competencias. Y para completar, tampoco se le nota el estudio a la mayoría de los miembros de su gabinete; éste tampoco le ayuda. Quizás por esto sus secretarios y asesores no tienen el valor civil de decirle que no, cuando deben decirle que no. No lo contrarían. ¡Qué miedo a una ira del alcalde! Y cómo lo ha dicho él mismo, trabaja con “un equipo diseñado por Dios.” Con razón en este país no hemos podido lograr la laicidad que demanda la CPC/91.
Cabe preguntarse por qué todavía algunos ciudadanos siguen trabajando en esta Alcaldía; y todavía más: ¿qué les motiva a otros a vincularse recientemente a una Alcaldía altamente cuestionada y desprestigiada?
Creo que sería conveniente que ‘todos a una’, empezando, claro por el alcalde, renunciaran de manera irrevocable. Puede tener la certeza que los ciudadanos de inmediato se la aceptamos. No queremos perjudicarlos, como sí lo hizo con uno de sus secretarios. No tienen nada más que hacer.