Camina el Presidente Gustavo Petro por los d territorios del país exponiendo su más clara directriz: los proyectos que se van a registrar en el Plan Nacional de Desarrollo deben ser el resultado del consenso de los ciudadanos; sólo así podrán ser beneficiados por los presupuestos durante los cuatro años de su mandato. Comparto la directriz. Me parece sana y consecuente con la misma Constitución Política de Colombia (/91) que establece que la participación ciudadana es una herramienta fundamental para que ésta se cumpla. Dijo, también, que como el Gobierno que terminó hace poco más de un mes dejó un hueco fiscal de por lo menos 80 billones de pesos, pues no hay plata para todo (¿cuántas veces hemos escuchado este sermón?), por lo que los caldenses y manizaleños debemos priorizar cuáles son los proyectos más importantes que esperamos se materialicen. Seguramente no hay plata para todo lo que los colombianos queremos; en realidad nunca la habido.
Y también le escuché decir que no será él ni los ministros quienes decidirán por nosotros. Me gusta. Así algunos continúen pensando que la Divina Providencia nos va a resolver nuestros problemas, somos nosotros los autores de nuestro destino. Por eso, los caldenses y los manizaleños de ‘a pie’ (no sólo los dirigentes políticos) hemos venido hablando de qué es lo más importante para nosotros, pero los gobiernos no nos escuchan, ni tampoco nos escuchan nuestros congresistas, esos mismos que hemos elegido una vez y otra vez, y otra vez. 
Y luego, en su visita, el Presidente Gustavo Petro nos pone en una disyuntiva: o hacemos el aeropuerto o hacemos de esta ciudad y del departamento un cerebro del conocimiento. Y yo creo que esa disyuntiva es inaceptable, señor Presidente. Así no. Aquí somos capaces de hacer las dos cosas, y muchas más. Mucho me temo que esa disyuntiva es el resultado de escuchar a unos muy pocos, esos sí de élites, como al Alcalde Carlos Mario Marín, quien no fue capaz de aprovechar el poco tiempo que estuvo con Ud. para hablarle claramente de todo lo que tiene este Departamento y esta Ciudad, de todos los proyectos relevantes para el crecimiento de una economía del conocimiento. Que uno de estos sea mejorar el transporte público mediante las líneas del cable, es muy importante, nadie lo pone en duda. Pero ese “diamante” es uno de tantos.
Se refirió el Presidente Petro a nuestra ciudad como “Manizales cerebro de Colombia.” Pues, en esencia sí. El ecosistema de la educación superior representado, entre otras organizaciones, por seis universidades locales de carácter nacional y acreditadas por el MEN, reunidas en el Sistema Universitario de Manizales, Suma, busca de forma permanente ofertar programas académicos en todas las áreas del conocimiento con los más altos estándares de calidad. Cerca de 45 mil estudiantes universitarios que provienen de muchas partes del país se forman bajo la mentoría de por lo menos 5 mil profesores. Proyectos de investigación científica, de proyección y de movilidad académica hacen que se pretenda convertir a Manizales en una ciudad universitaria. Nos falta mucho, es cierto. Pero de esto, seguramente, el Alcalde no le habló, no tuvo tiempo para hablarle de las muchas iniciativas que profesores, estudiantes y rectores conjuntan sus voluntades académicas y políticas desde hace ya 12 años.
En suma, señor Presidente, la próxima vez que venga, que su principal interlocutor no sea el Alcalde. Ya demostró que no habla sino del diseño de su programa de Gobierno, mismo que ud. dice que respetará, pero que no tiene recato para decir las cosas, es un vocinglero de una ciudad que no cree en él.
Ud. dijo, señor Presidente, que en tres meses volvería. Pues bien, seguramente en este lapso, se podrán dar grandes conversaciones sobre lo que somos y lo que queremos ser. Y se dará cuenta de que tenemos como horizonte el ideal de construir una economía del conocimiento, misma que supera en mucho las líneas del Cable.