Antiguamente las mujeres, en su gran mayoría, eran programadas desde muy jóvenes para encontrar una pareja, formar un hogar y ser madres. En ese mundo, ellas no tenían como prioridad sus sueños, ni su desarrollo profesional y mucho menos su solvencia económica, ya que dependían de sus maridos. Ser madre en ese entonces era prácticamente una obligación, era el fin primordial y el destino de ellas.
Actualmente este rol ha evolucionado, otorgando a la mujer la libertad de decidir sobre su maternidad y combinarlo con una carrera profesional, independencia financiera y un estilo de vida activo y saludable.
En medio de estos cambios, la familia como estructura también ha experimentado una transformación significativa. La limitación de tiempo de la mujer para dedicarse a sus hijos ha dado lugar a una educación a distancia, en un ambiente en el cual los valores y principios no están claramente definidos.
Las madres actuales enfrentan estrés y culpabilidad por la falta de tiempo con sus hijos, y en muchos casos, permiten un uso indiscriminado de redes sociales, videojuegos y otros medios digitales, criando hijos cada vez más intolerantes, aislados, neuróticos y sin un sentido claro de vida.
El gran desafío para las madres contemporáneas consiste en hallar un equilibrio entre sus carreras y la crianza, buscando formas de inspirar y educar a sus hijos, enseñándoles a tomar decisiones asertivas en un mundo de libertades ilimitadas y “valores ficticios y desenfrenados” que cambian de acuerdo a la moda.
Si hoy sientes que tu rol como madre está siendo una carga para ti, te recomiendo que comiences a implementar el siguiente plan de acción:
- Ten coherencia: Si quieres hijos presentes, alegres, comunicativos y sanos emocionalmente, tú también lo debes ser.
- Crea espacios de comunicación: Busca ambientes especiales para comunicarte amorosamente con tus hijos. Inicia el diálogo con ellos preguntándoles cómo se sienten, a qué le tienen miedo, qué los está haciendo sufrir, qué los hace sentir mal, y profundiza en temas actuales como el matoneo, la educación sexual, la droga, la violencia, las redes sociales, etc.
- Establece unos principios inspiradores: Explícales a tus hijos cuáles son esos principios para que los aprendan y cuando tengan que tomar decisiones cuenten con una base sólida de referencia para hacerlo.
- Establece con ellos contacto con la naturaleza: Desde pequeños llévalos al parque, dales la oportunidad de subirse a un árbol, de saltar en un charco lleno de agua, de caminar descalzos, de escalar una montaña.
- Realicen ejercicio físico: Incentiva a tus hijos a practicar diferentes deportes y juega alguno con ellos.
- Inspira a servir incondicionalmente a los demás: Llévalos a fundaciones o sitios en los que encuentren personas necesitadas para que aprendan el maravilloso arte de dar.
- Crea reglas y tiempos de uso en las redes sociales, tanto para ti, como para tus hijos.
- Incentiva la creatividad: Promueve la curiosidad, la imaginación y el aprendizaje con juegos, lecturas, experimentos, acertijos y cosas nuevas que los sorprendan, para que desarrollen su capacidad de asombro.