A partir del 10 de diciembre en Australia las personas menores de 16 años tienen restringido el acceso a redes sociales como Youtube, Instagram y Tiktok, en respuesta a las crecientes preocupaciones por la salud mental y la seguridad digital de jóvenes y adolescentes. La polémica medida ha sido respaldada en Estados Unidos por importantes líderes políticos, pues se considera que ayuda a combatir fenómenos como el ciberacoso y la elevada exposición a contenidos dañinos que se relacionan con el incremento de la incidencia de problemas como la adicción digital, la ansiedad y la depresión en este grupo poblacional.

La industria, preocupada por el impacto en ingresos y en la restricción de libertades, se ha opuesto a este tipo de regulaciones procurando evitarlas o por lo menos aplazarlas. En paralelo, ya se conoce de avances en el diseño de nuevas plataformas que innovan en los modelos de integración en redes para jóvenes que aseguran la ética, la seguridad y la sostenibilidad. El mundo está cambiando.

De otro lado, los descendientes de africanos y los indígenas en Surinam, en un ritual de sanación le aceptaron las disculpas a los reyes de los Países Bajos, Guillermo Alejandro y Máxima, por la esclavitud ejercida mientras el país era colonia holandesa. Lo hicieron durante una visita oficial de los reyes a comienzos de este mes que desde ya es considerada histórica, pues además de la importancia de los sucesos, se realiza dentro de la celebración de los 50 años de la declaración de independencia de Surinam y después de 47 años de la última visita de los reyes de Países Bajos a este país. El rey Guillermo hizo el reconocimiento de su responsabilidad al manifestar que “todos descendemos de quienes estuvieron implicados… soy consciente de que el dolor perdura entre generaciones”. Una tremenda lección de humanidad.

Y por otro lado, fue mucho más publicada que las dos anteriores, la noticia sobre el primer viaje internacional del papa León XIV a El Líbano y Turquía, desde donde presentó un mensaje de unidad y de paz y conminó a la humanidad a “buscar las maneras en que todos los hombres y mujeres puedan ser seguramente hermanos y hermanas a pesar de las diferencias, a pesar de las diferentes religiones, a pesar de las diferentes creencias”. Muy valiente y muy pertinente al querer confirmar desde contextos complejos que la fe puede ser motor de diálogo, unidad, esperanza y paz.

Estas noticias seguramente tienen el potencial de generar reacciones contrarias entre la gente. Algunos criticarán a los protagonistas o sus actuaciones y otros como yo, las reciben como señales de esperanza en la humanidad y como ejemplo de que hay líderes que merecen ser seguidos, acciones que merecen ser imitadas, silencios que merecen ser guardados y verdades que merecen ser advertidas.

Gestos suaves que resultan más poderosos que la algarabía y arrogancia que tanto abunda en actuaciones y discursos de líderes políticos de Colombia y el mundo. Actuaciones sencillas, que cuando parten del reconocimiento y el respeto del otro diferente y se profundizan con el reconocimiento de la imperfección propia, tienen el poder de sanar heridas del pasado y abrir las puertas para la construcción de futuros diferentes, más pacíficos, más justos, más equitativos y más seguros.