La construcción del Aeropuerto del Café, próximamente, gracias al compromiso del Gobierno Nacional y de las administraciones de Manizales y Caldas, conduce a una decisión que también será fundamental en los próximos meses y años: ¿Qué se hará con los terrenos del aeropuerto La Nubia de Manizales, ubicado en el oriente de la ciudad? LA PATRIA publicó ayer un completo informe en el que se esbozaron las numerosas propuestas que han surgido para aprovechar de mejor manera esos terrenos y la infraestructura existente. Son 25 hectáreas, correspondientes a unas 34 canchas como la del Estadio Palogrande.
Desde Inficaldas, propietario de La Nubia, parece haber la inclinación para ejecutar en ese lugar un desarrollo urbanístico, pero también se ha pensado que la Universidad Nacional pueda usarlo para ampliar el campus de ese centro de educación superior. Hay sobre la mesa multiplicidad de ideas que podrían concretarse allí, pero cualquiera que sea el camino escogido resulta clave que sirva para compensar de alguna manera el déficit de zonas verdes que tenemos en la ciudad, donde apenas cumplimos con la tercera parte del ideal de 15 metros cuadrados por habitante.
Como sea, el resultado del análisis arrojará información valiosa que debe ser muy bien utilizada. Está previsto un levantamiento topográfico para ver condiciones geológicas y geotécnicas, estudios de detalle que definan amenazas de riesgos y deslizamientos. También debe observar condiciones de movilidad del sector y análisis de las infraestructuras existentes y proyectadas para el transporte multimodal, así como el potencial de servicios públicos domiciliarios, entre otros.
Confiamos en que el estudio anunciado por Inficaldas, consistente en la formulación del Plan Parcial en La Nubia, analice todos estos asuntos. Lo que se haga allí ha de ser desarrollado con buen criterio y que se determine el mejor uso posible de esos terrenos, que tienen un valor no solo económico sino estratégico indiscutible. En próximos años los caldenses debemos asegurar no solo que obtendremos un aeropuerto a la altura de las exigencias de desarrollo regional, sino que la transformación del actual signifique posibilidades de progreso integral para los manizaleños.
Una opción que debe analizarse y ver sus grandes ventajas y posibles beneficios es un eventual traslado allí del Batallón Ayacucho, que lograría de esa manera el valor agregado de una pista en excelentes condiciones. Cualquier otra alternativa podría terminar requiriendo su destrucción, lo que representaría un enorme desperdicio de una capacidad instalada con valor estratégico. De no seguirse usando esa pista, sería la segunda vez en la historia de Manizales en que un aeropuerto termina desapareciendo de manera definitiva; a mediados del siglo pasado el turno fue para el aeropuerto de Santágueda.
De igual manera, los terrenos ocupados hoy por el batallón tienen una ubicación que también puede ser mejor aprovechada desde el punto de vista urbanístico, obviamente con orientación a la consolidación de lo verde como esencial. Esperamos que haya una determinación acertada en cuanto al destino que tengan los terrenos de La Nubia, y que al final podamos afirmar que se ha avanzado de manera franca hacia un desarrollo sostenible y ambicioso de la ciudad.