Hace tres semanas el alcalde Carlos Mario Marín emitió un comunicado en el que expresó: “Hace varios días he pedido la renuncia de mandos medios en Aguas de Manizales que no le generan confianza a la ciudad. Agradezco al doctor Juan Carlos Penagos su honorabilidad, su decencia y ganas de trabajar por la empresa. Allí hay intereses anquilosados que vienen de tiempo atrás, que defienden intereses particulares, no vamos a descansar hasta limpiar esta empresa”.
El segundo capítulo de esta historia es que el fin de semana pasado, aduciendo motivos personales, Penagos renunció a la gerencia de la empresa, donde estuvo solo 6 meses. En los primeros siete meses de la actual administración el gerente de Aguas de Manizales fue Juan Martín Zuluaga, quien también salió en julio del año pasado después de que el mandatario le pidió la renuncia a todo su gabinete. En ese momento Zuluaga dejó ver que hubo incomprensiones con el alcalde Marín.
Lo cierto es que una empresa como esta, que es la responsable de llevar agua potable a las casas de los manizaleños, quienes se sienten orgullosos de ese líquido que consumen cada día, necesita un manejo más consistente, estable y responsable. No es sano, de ninguna manera, que a poco más de un año de haber comenzado el actual gobierno nos acerquemos a la tercera gerencia, sin saberse aún quién será el próximo escogido para ese manejo. Mientras tanto, el subgerente administrativo y financiero, Ómar Eliud Nova, será el encargado de estar a la cabeza.
Hay que recordar que, como reacción al duro pronunciamiento de Marín, la Sociedad Caldense de Ingenieros Civiles rechazó las advertencias del mandatario y criticó que pidiera públicamente la salida de algunos “mandos medios”. En un comunicado expresó: “El pasado 15 de enero del presente año la Sociedad Caldense de Ingenieros Civiles se pronunció acerca de la contratación en la Empresa Aguas de Manizales S.A E.S.P, sobre la cual de manera calumniosa, ofensiva y mentirosa nos tildan de corruptos y que buscamos favorecimientos”. Esto muestra unos antecedentes a lo que viene ocurriendo en esa empresa que es necesario aclarar.
No podemos olvidar que Aguas de Manizales se apresta a un tercer intento de licitación para adjudicar la construcción de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) en el sector de Los Cámbulos. Los dos primeros procesos fueron fallidos por escasez de proponentes, y lo que ha manifestado el alcalde Marín es que esta vez sí se avanzará en el proyecto, que alcanza un costo aproximado a los $150 mil millones. Una empresa que cambia tanto de gerente necesariamente rompe este tipo de procesos y la concreción de sus proyectos sufre tropiezos que resultan costosos.
Debemos tener presentes las observaciones hechas por la Corporación Cívica de Caldas (CCC) acerca de las posibles fallas que se tendrían en el nuevo proceso licitatorio, y que muy pronto se haga una adjudicación transparente que garantice eficiencia y calidad en la construcción de esta importante obra, que también es considerada pieza fundamental de la reactivación económica de la ciudad. Esperamos que se aclaren las razones de la salida de Penagos y que el gerente que llegue pueda actuar con criterio de eficiencia y que los procesos truncados hallen su curso.