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El respaldo al acuerdo de paz con las Farc tiene sentido, sobre todo, si se interioriza que las víctimas deben ser la razón de ser de cada acción que tienda a dejar atrás los odios y la violencia. Desde luego que es importante que miles de miembros de esa guerrilla hayan abandonado las armas y estén comprometidos, en su mayoría, con desarrollar proyectos de vida positivos para sus propias familias y para el país, pero no puede ignorarse que son las víctimas del conflicto armado las que tienen que estar en primer plano, las que deben sentir que puede venir un mejor futuro.
Por eso, si bien se ha criticado que el actual gobierno ha sido lento y vacilante en la implementación de ese acuerdo, también es preciso cuestionar el compromiso de los exjefes de las Farc, hoy dirigentes del partido Comunes, por cuanto no han cumplido con la entrega de los bienes que quedaron referenciados en el acuerdo, como recursos necesarios para repararles en algo el daño que causaron a sus víctimas durante los largos años de guerra. La comunidad internacional que acompañó la refrendación del acuerdo debe intervenir para exigirles a los excomandantes que cumplan.
Hoy es un hecho que de los 722 inmuebles relacionados, solo se entregaron 37; que de los 25 mil gramos de oro en joyería comprometidos entregaron únicamente 2.540. Eso corresponde a solo el 4% de lo previsto. En diciembre del año pasado se cumplieron los plazos para esta entrega, por intermedio de la Justicia Especial de Paz (JEP) para ser depositados en la Sociedad de Activos Especiales (SAE). No tiene sentido que los miembros de esa exguerrilla insistan en entregar supuestos bienes no monetizables, como vías y mejoras a carreteras.
Así las cosas, hasta el momento solo se han desprendido de unos $38 mil millones, cuando se calcula que el monto comprometido debe ascender a unos $548 mil 78 millones, en bienes monetizables (aunque la cifra total es cercana $1 billón), lo que inclusive parece bajo ante la magnitud de los daños que causaron a sus víctimas durante el conflicto. Ahora bien, también es cierto que muchas víctimas valoran más la verdad que los exmiembros de las Farc puedan aportar ante la JEP para esclarecer los crímenes de los que fueron víctimas o en los que murieron sus seres queridos, pero eso no es óbice para que incumplan con la entrega de los bienes que acumularon durante tanto tiempo.

Ese desprendimiento de lo material trae consigo un mensaje de reconciliación y de resarcimiento moral que es necesario para que el proceso de paz sea exitoso, además los líderes del partido Comunes pueden estar comprometiendo su permanencia en el sistema de justicia transicional que les representa beneficios. Deben reflexionar sobre esto y actuar responsablemente ante un pacto que no puede dejarse fracasar y en el que tienen el deber de corregir sus gigantescos errores del pasado. Es cierto que ninguna vida se puede pagar con la mayor cantidad de dinero que haya en el mundo, pero en estos casos es grave que se trate de evadir lo acordado en materia de bienes para reparar a las víctimas.