Fecha Publicación - Hora

Manizales se ha caracterizado por ser una ciudad cívica, donde las personas asumen conductas saludables para la convivencia. Sin embargo, en asuntos como el del tránsito esa cultura ciudadana se pone a prueba todos los días, y con frecuencia el balance es negativo. Un dato contundente acerca de las consecuencias de la imprudencia vial es que 91 adultos mayores perdieron la vida arrollados por vehículos desde el 2014. El año pasado fueron 11. Debemos tomar en cuenta que en el país muere más gente hoy en accidentes de tránsito que en el conflicto armado, tanto así que en los últimos diez años unas 58.000 personas fallecieron en las vías, según el Ministerio del Transporte.
Solo la semana pasada a la estadística local de adultos mayores que murieron en accidentes se sumaron tres personas más: Flor María Gallego Escobar, de 67 años; Álvaro Robayo Morales, de 70, y Mario Pérez, de 86. Un caso en la Avenida Santander, sector del Parque de la Mujer; otro en Campohermoso, y el tercero en la Ruta 30. Dos motocicletas y una buseta son las involucradas en estas situaciones recientes. ¿Quiénes son los responsables de que esto ocurra? Es un interrogante con respuesta complicada, pero lo cierto es que cuando esto pasa hay comportamientos en las vías públicas que no son adecuados, y generalmente los peatones llevan la peor parte.
Este asunto debe ser llevado a la reflexión social, e incluso al seno de cada familia, donde se asuma con mayor responsabilidad el uso de los vehículos, pero al mismo tiempo donde se adopten medidas para brindar acompañamiento especial en las calles a personas que, por cualquier razón, tengan movilidad reducida o deficiencias en la atención. Es evidente que cualquier ciudadano, sin importar su edad, corre el riesgo de accidentarse o incluso morir en las vías, si no se toman las debidas precauciones o si nos dejamos ganar por el afán y la impaciencia.
Desde las autoridades locales es fundamental que se ejecuten campañas permanentes dirigidas a generar conciencia en seguridad vial. Todos somos peatones en algún momento, así seamos habitualmente conductores, y por ello es fundamental que interioricemos el uso de los pasos peatonales, pero al mismo tiempo que quienes estén al volante reduzcan la velocidad en esos cruces de peatones y cumplan, en general, con las normas de tránsito. Así no se exponen a tener accidentes que puedan afectarlos ni ponen en riesgo a quienes pese a actuar adecuadamente, terminan como víctimas de la impericia o de la imprudencia de un conductor.
Algunos ciudadanos se quejan de obras como resaltos, hitos y otras demarcaciones en las vías para tratar de garantizar la seguridad vial. En eso las autoridades de tránsito deben hacer una buena revisión de la utilidad de tales obras, y ver si es posible usar alternativas que ofrezcan una seguridad mayor o equivalente, al mismo tiempo que se afecte menos la movilidad y la estética de la ciudad. Los tiempos de los semáforos también deben ser revisados en algunos puntos, donde los peatones tienen que lanzarse a correr para poder pasar. 

De acuerdo con el Censo de población y vivienda 2018, realizado por el DANE, Manizales es la segunda ciudad del país, después de Armenia, donde crece a mayor ritmo la población adulta mayor. Tenemos un índice de envejecimiento de 79,84, lo que implica que hay ese número de personas mayores de 65 años de edad por cada 100 menores de 15 años. Así, en las vías es necesario dar cada vez más tiempo a los peatones para que puedan pasar las cebras. En este o demás aspectos los actores viales estamos en la obligación de ser más cuidadosos.