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Tras una larga espera, las comisiones de Ordenamiento Territorial del Senado y de la Cámara de Representantes dieron luz verde para que los cinco municipios que conformarían el Área Metropolitana del Centrosur de Caldas decidan, en consulta popular, si quieren dar ese paso de integración. Lo siguiente será que la Gobernación le entregue a la Registraduría Nacional del Estado Civil toda la documentación correspondiente, y que ese organismo en 10 días hábiles responda acerca de la realización de la consulta, que podrá ser programada para realizarse en un plazo no mayor a cinco meses.
Debemos recordar que este es un asunto del que se viene hablando desde hace varias décadas en la región y del que se habían realizado varios intentos infructuosos. Solo en la administración del gobernador Guido Echeverri, que está a punto de terminar, se ejecutó un proceso ordenado que paso a paso condujo a que hoy solo falte lo fundamental: que los ciudadanos acudan a las urnas en la fecha que establezca la Registraduría, para dar su respaldo a la creación de la que sería la octava área metropolitana en Colombia. Esta zona caldense representa el 66% del Producto Interno Bruto y el 53% de la población del departamento, un argumento de peso para seguir adelante.
Es importante recordar que la primera de estas áreas nació en el Valle de Aburrá (Antioquia), alrededor de Medellín, en 1980. Un año después surgieron las áreas metropolitanas del Centro Occidente (Risaralda), Bucaramanga (Santander) y Barranquilla (Atlántico). Luego, en 1991, se creó el área metropolitana de Cúcuta (Norte de Santander); en el 2005 nació la de Valledupar (Cesar), y hace apenas tres años, en el 2016, se creó la de Tunja (Boyacá). Actualmente también están en proceso de aprobarse un área metropolitana en Cundinamarca y otra en el oriente de Antioquia.
Serán los gobernantes electos Luis Carlos Velásquez, de Caldas, y Carlos Mario Marín, de Manizales, los que al lado de los nuevos mandatarios de Villamaría (Andrés Felipe Aristizábal), Chinchiná (Eduardo Andrés Grisales), Palestina (Mauricio Jaramillo) y Neira (Luis Gonzaga Correa), se encarguen de impulsar el proceso, para el que se requiere la participación del 5% del censo electoral de cada uno de los cinco municipios; es decir, unos 30 mil votos a favor en toda la región, lo cual no debe ser complicado de lograr si se hace un adecuado trabajo de socialización de los beneficios que recibirá toda la región bajo este esquema de integración.
La asignación de recursos del Ministerio de Hacienda a la Registraduría para ejecutar esta jornada democrática no debe ser obstáculo para que se realice. Si en el caso del oriente antioqueño no se concretara la consulta este mes, como estaba previsto, debido a falta de dineros para financiar el proceso, tal situación debe entenderse como producto de la coyuntura de final de año y cambio de administración, pero para el 2020 debe garantizarse su cumplimiento, tanto en ese caso como en el nuestro. 

Los habitantes de estos cinco municipios caldenses tenemos ahora la posibilidad de dar este paso, que puede ser el trampolín para acelerar el desarrollo industrial, comercial y de servicios públicos; también para conciliar políticas ambientales de la mano con Corpocaldas; lo mejor es la posibilidad de tener autonomía catastral que, de acuerdo con cálculos de expertos podría generar $70 mil millones adicionales al año. También es mucho lo que puede hacerse para unir esfuerzos en movilidad y alivianar los costos para los ciudadanos que viajan cotidianamente entre los cinco municipios. Así las cosas, está todo dado para que, tras varias décadas de espera, se cumpla por fin el sueño integrador.