La más reciente Encuesta del Pulso Social realizada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) evidencia las consecuencias y la percepción que tiene la gente en Manizales, acerca de la pandemia de covid-19 y sus efectos. Una cifra muy diciente es que los hogares que consumieron en promedio 3 comidas al día pasaron del 93,7% antes de comenzar la emergencia sanitaria a 83,4% durante el trimestre octubre-diciembre del 2020, lo que significa que 15.841hogares (unas 45 mil personas) retrocedieron de manera grave en materia nutricional.
La Encuesta del Pulso Social mide, además, la confianza del consumidor, el bienestar subjetivo, las redes de apoyo de los hogares, el bienestar de los hogares que cuentan con niños, niñas y adolescentes; y el conocimiento y acceso a las políticas nacionales y locales de apoyo a los hogares. Como consecuencia de analizar las distintas variables el DANE concluyó que el 59% de los hogares de Manizales cree que la situación económica dentro de 12 meses será peor o mucho peor que la actual, con lo que la capital caldense es la más pesimista del país en esta medición.
Ahora bien, estos resultados contrastan con lo que está ocurriendo en la región y en el país con la pandemia, donde en las semanas recientes se observa una caída significativa en el número de contagios, ocupación de unidades de cuidado intensivo y en la cantidad de personas fallecidas a causa del coronavirus. Hemos vuelto a estadísticas muy parecidas a las de septiembre del año pasado, y se viene demostrando que sin necesidad de nuevas restricciones como toques de queda y pico y cédula, por ejemplo, el avance de la enfermedad empieza a frenarse.
La llegada ayer a Colombia de las primeras vacunas contra la covid-19 también es otra realidad que apunta a mejorar las cosas en lo que respecta a la emergencia sanitaria. En la medida en que los ciudadanos mantengan las conductas de autocuidado y sin más sobresaltos en la disciplina social (como los de la época navideña del 2020 y arranque de este año) sería posible recuperar gradualmente la normalidad en lo cotidiano del trabajo y el estudio, y tener mejores perspectivas para ir en pos del descenso del desempleo, que en el caso de Manizales dobló la cifra con respecto a hace un año. La misma proyección del Fondo Monetario Internacional (FMI) acerca de un crecimiento de la economía colombiana del 4,6% durante este año, debe ayudar a recuperar el optimismo.
También es verdad que, si bien el año pasado las cosas fueron muy difíciles y el desempeño de la economía fue negativo, con impactos sociales innegables, todo pudo ser peor, pero la resiliencia de los colombianos, y desde luego de los caldenses y manizaleños, ayudó a que se pudiera avanzar de manera positiva en las distintas actividades. Para este año, con el aprendizaje que hemos tenido durante estos meses, podría asegurarse que hay variadas razones para recuperar el optimismo y no dejarse vencer por la desesperanza. El estrés de la situación nos provoca este tipo de percepciones negativas, pero si somos objetivos podremos ver un horizonte más promisorio.
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