Después del difícil 2020 que sorprendió al mundo, que obligó a replantear muchas supuestas certezas en un planeta interconectado y que confiaba en tener respuestas para casi todo, flaquearon todas las previsiones. Ni los más pesimistas tuvieron idea del panorama que se terminó por confirmar en un año que además de las dificultades de salud pública por la pandemia, trajo efectos durísimos para la economía, que representó un retroceso en muchos indicadores y que afectó directamente a cientos de familias en el mundo, en Colombia y en nuestra región.
Ya han salido las primeras previsiones de lo que podría ser el crecimiento económico en el país para este año y se habla de cifras optimistas que muchos ponen en duda, pero negar que cuando se viene de una caída fuerte, se espera un efecto rebote para un mejor desarrollo económico. Ojalá esto fuera de manera sostenida, que es lo más difícil de lograr. No obstante, hay espacio para ser optimistas. Si bien la vacuna no ha llegado a Colombia, llegará y la fe está puesta en el plan de vacunación que tiene el país para que se ejecute de la mejor manera. También parece haber acuerdo en que cuarentenas severas como las del año pasado no se repitan, porque no puede ser la salud sin la economía. Deben ir de la mano.
Es interesante ver cómo el año pasado, a pesar de las dificultades económicas, Caldas aumentó sus exportaciones de la mano salvadora del café y de sus derivados. Además, como el golpe fue para todo el país, nuestra ciudad con Villamaría sigue siendo la tercera región con mejor Índice de Competitividad y sigue estando en los primeros lugares de estándares de calidad de vida. A esto se suma que empiezan a verse ya los resultados de obras importantes como Pacífico III, que ya mejora la movilidad con el occidente del departamento y pronto lo hará con Medellín; también de la vía Panamericana entre las Estación Uribe y Maltería; además de los anuncios de Autopistas del Café del arranque de nuevos trabajos.
Entonces no se trata de un optimismo vacío, sino que hay confianza para construir una senda positiva de cara a lo que será este año. Hay esperanza, si sumamos la inversión pública, por cuenta de las obras de la Gobernación en más vías rurales, en vivienda, en infraestructura educativa, en el centro tecnológico de Villamaría y en el puerto multimodal en La Dorada, en el Aeropuerto del Café con recursos nacionales y si Manizales se mete la mano al bolsillo para sacar obras importantes esperadas desde el año pasado.
No son solo grandes inversiones o cifras macroeconómicas. Todo lo contrario, las historias que contamos hoy en LA PATRIA de personas que han encontrado la manera de crecer y ser innovadoras así lo demuestran. Con base en sus resultados y en su manera positiva de afrontar los momentos que parecen difíciles, nos nace ser optimistas. Lo invitamos a ver el vaso medio lleno.