El origen de cada guerra y conflicto es tan particular que los hace bien diferentes; así las consecuencias sean exactamente iguales: muertes, mutilados, destrucción, pobreza, atraso, miseria, hambre, desplazamiento, amenazas, orfandad, retenciones, secuestros, violaciones. Mientras en el norte de Gaza personas de todas las edades salieron a las calles a protestar pidiendo el fin de la guerra entre Israel y el grupo extremista palestino Hamás; en Colombia, desde el Catatumbo, en Norte de Santander, claman para que el Gobierno atienda a las poblaciones que siguen sometidas a los enfrentamientos entre el Eln y el Frente 33 de las disidencias de las Farc.
En el Oriente Próximo ya están cansados de los ataques iniciados por Hamás contra Israel el 7 de octubre del 2023 y luego la contraofensiva israelí que ha sido devastadora. Las autoridades en Israel estiman que más de 1.200 personas murieron en la agresión de Hamás y 251 fueron tomadas como rehenes. En el contraataque de Israel en Gaza han muerto unos 50 mil palestinos y han sido arrasadas grandes extensiones de territorio. En el conflicto del Catatumbo se obligó a por lo menos 56 mil personas a huir de sus hogares, considerado de los desplazamientos masivos más grandes de Colombia en décadas, según un informe presentado esta semana por Human Rights Watch (HRW). 78 personas, entre ellas 4 niños, fueron asesinadas entre el 16 de enero y el 8 de marzo.
La guerra en Gaza y el conflicto en el Catatumbo, muy lejanos y bien distintos entre sí, han provocado crisis humanitarias que siguen afectando a personas que sin tener ninguna relación con los enfrentamientos han sido víctimas inocentes, o entre los grupos armados, legales o ilegales, que también sufren bajas en medio de los combates. En Gaza, luego de fracasar el alto al fuego de dos meses que se había pactado, Israel anuncia intensificar operaciones y detener el ingreso de toda ayuda humanitaria para una población tan afectada como la gazatí.
Del lado de Colombia, HRW previene porque el Catatumbo se convirtió en centro estratégico para la producción y el tráfico de drogas, donde “el Eln se ha beneficiado de la complicidad de las fuerzas de seguridad venezolanas”, muy cercanas a este territorio por estar en zona limítrofe. Precisa que desde el 2018 hay una creciente presencia del Frente 33 de las disidencias de las Farc, por lo que el Eln viene cometiendo toda clase de abusos contra la población tratando de frenar la expansión de las disidencias y cualquier intento de toma del poder.
En la investigación que hizo HRW con personas en el Catatumbo estableció que el Eln ha asesinado, secuestrado y desaparecido a civiles acusados de tener vínculos con el Frente 33, que creó “campamentos de resocialización” a donde llevan civiles acusados de violar sus normas para someterlas a trabajos forzados. Dónde ha quedado la presencia del Gobierno colombiano para que este conflicto no se siga extendiendo a otras regiones de Colombia y se llegue al punto de tener que lamentar el inicio de una guerra como ocurre hoy en Gaza.
