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El mes que estuvo abierto hasta ayer para inscribir las listas a Senado y Cámara de Representantes es una muestra de lo que está sucediendo en la política colombiana. Por meses abundaron nombres de interesados en recibir avales, muchos fueron y vinieron entre colectividades, y cuando la Registraduría Nacional esperaba tener una alta afluencia de candidatos para registrarlos y permitirles que sigan en contienda, terminando la tarde del jueves esta organización electoral hacía un vehemente llamado porque en todo el país solo se habían inscrito 71 listas, comparado con las 555 que lo hicieron para la elección del 2022.
¿Muestra la apatía ciudadana frente a lo que tiene que ver con política?, o que se sigue dejando para último momento un proceso de tanta trascendencia como es la inscripción, que debería asumirse con más seriedad al ser la génesis de una candidatura. Esta semana se conocerán cuántas listas y candidatos quedaron inscritos en los departamentos para Cámara de Representantes y a nivel nacional para Senado, por partidos y organizaciones políticas con personería jurídica o por grupos significativos de ciudadanos y movimientos sociales (firmas), mostrando el nivel de participación de los que buscan ser elegidos.
Los resultados de la inscripción permitirán también empezar a construir el mapa político de cada una de las regiones, con información de quiénes son los que están respaldando a los que aspiran a una curul el 8 de marzo del año entrante y establecer entre los 35 partidos políticos vigentes en Colombia cómo están internamente y cómo se han movido sus integrantes, al punto que es ya difícil pensar en la disciplina de partido y en la militancia de otros tiempos. Seguramente esta semana se sabrá de los que sin rubor han dado volteretas y cambiaron de colectividad y de ideología como si nada, con tal de obtener una curul.
Todos estos elementos son valiosos para que la ciudadanía empiece a conocer la vida política de los que inician campaña y les sirva de insumo para la toma de decisiones electorales. Detallarán cuáles fueron los partidos que cumplieron con el requisito de la equidad de género en la elaboración de sus listas; cómo las confeccionaron ubicando a cada uno de los candidatos, todo un signo de lo que será la estructura de liderazgo y poder y con quiénes se están jugando sus cartas; si los partidos escogieron lista abierta, conocida como voto preferente porque permite seleccionar al candidato preferido, o lista cerrada llamada voto no preferente, en la que se vota por el partido y no por personas.

Así las cosas, la inscripción en la Registraduría tiene que dejarse de ver como un requisito sin importancia y empezar a darle la relevancia que se merece. Lo que sigue es que hoy se inicia el periodo de modificación de candidatos hasta el lunes siguiente y dos días después la Registraduría deberá enviar a los organismos de control los listados de todos los inscritos para que certifiquen si hay causales de inhabilidad y deben retirarse. Otra fase que le facilitará al elector ir depurando sus preferencias y dejará listo el camino para el arranque de las campañas al Congreso.