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El más reciente Índice Departamental de Competitividad, elaborado por la Universidad del Rosario y el Consejo Privado de Competitividad, está mostrando que Caldas, sin estar entre los cinco mejores departamentos del país en esta materia, después de tres años logró ascender un puesto en el escalafón nacional al pasar al sexto lugar con un puntaje de 6,27 en el rango de calificación de 0 a 10. Muy importante haber remontado, significa que nos estamos acercando al top de los cinco mejores de Colombia, que en su orden para el 2024 son Bogotá, Antioquia, Valle del Cauca, Atlántico y Risaralda.
Denota que empezamos a salir de los duros años tras la pandemia de la covid-19 y que hay que capitalizar los buenos resultados como estrategia para atraer más inversión en todas las subregiones de Caldas, porque si de algo sirve la competitividad es al crecimiento económico y a la prosperidad de las regiones. De los 13 pilares medidos para este Índice, Caldas mejoró en 6, se mantuvo en 4 y perdió posiciones en 3. Destacable el pilar de sofisticación y diversificación, que fue el mejor en el departamento y está representado en la capacidad que se tiene para llegar a nuevos mercados, más que todo los relacionados con exportaciones.
Muy positivo, y más en estos momentos de transición en la estructura demográfica, que hayamos recuperado lugares en el contexto nacional en el pilar de salud por los logros en atención materna, que hablan del aumento en las expectativas de vida al nacer. Le siguen educación básica y media, aunque descendió un puesto haciendo advertencias por la cobertura neta en educación primaria y la baja en la calidad de la educación pública media; también mercado laboral, aunque cayó puestos con respecto al Índice del 2023 por el aumento en las tasas de desempleo; innovación y adopción TIC, son otros dos pilares destacados. Estas áreas no se pueden descuidar, hay que seguir apostando en ellas.
El gran reto que debe ocupar a la región son los pilares de sistema financiero, infraestructura y sostenibilidad ambiental, en los que más mal nos califican. El llamado es a los establecimientos financieros para que mejoren su cobertura, especialmente en municipios distintos a Manizales. No hay forma de ser más competitivos si todavía hay caldenses obligados a desplazarse a otros municipios porque no cuentan con servicios financieros donde viven, o no hay una adecuada conectividad, incluyendo la aérea, y hay vías que permanecen cerradas por su mal estado; o contando con autoridades ambientales persisten problemas como la contaminación, los terrenos inestables, la deforestación, la minería ilegal.

Hay que establecer medidas para que ningún pilar que rige la competitividad en Caldas vuelva a descender y en esto deben estar trabajando juntos el sector público y el privado, para ser cada vez más un departamento atractivo para los negocios locales y los dedicados a exportar. Hay que conservar también los entornos que nos han caracterizado, como el educativo, al que hay que volver a darle un fuerte impulso en todos sus niveles, pues es clave para mantener la competitividad; pero igualmente hay que fortalecer lo productivo, incluso en municipios con vocación agrícola. Ser más competitivos tiene que volverse un propósito, y en Caldas hay recursos para lograrlo.