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El enorme esfuerzo por recuperar la democracia de un país sumido desde hace 26 años en dictaduras, primero la de Hugo Chavez y luego la de Nicolás Maduro, es lo que se le reconoce a María Corina Machado, designada Nobel de Paz 2025. Esta política y líder de la oposición, con 58 años, alcanzó el reconocimiento por su incansable labor desde hace unos 20 años en la defensa de los derechos humanos de los venezolanos y la lucha por una transición pacífica entre el régimen totalitario y el sistema democrático.
No ha sido fácil. Machado figura en la lista de los civiles venezolanos perseguidos, marginados y violentados por el régimen ante el solo hecho de ser su opositora, por no estar de acuerdo con la forma como se ha manejado un país en estas últimas décadas, que solo han dejado crisis humanitaria y económica. Millones de venezolanos viven en la pobreza o tuvieron que migrar a cualquier parte del mundo para vivir en condiciones dignas.
Lo destacado de María Corina Machado es que ha trabajado sin parar por la libertad y la justicia de Venezuela a través de medios pacíficos, nunca con métodos violentos; se ha dedicado a movilizar a sus compatriotas y al mundo para que por vías legítimas se elija un nuevo gobierno. El régimen de Maduro la inhabilitó para que continuara como candidata presidencial el año pasado, pero a pesar de ello siguió insistiendo como si se tratara de su propia campaña y se sumó a la de Edmundo González, apoyados por millones que vieron en ellos una posibilidad de cambio. No obstante, Maduro se atrincheró en el poder con el uso del poder y de la fuerza del Estado a su servicio, así fuera con resultados considerados fraudulentos.
El Nobel de Paz de Machado se convierte en un potente mensaje del mundo para Maduro, quien a pesar de eso reaccionó descalificándola y atribuyéndole planes para separarlo del cargo en asocio con el Gobierno de Estados Unidos, también con el cierre de la Embajada de Venezuela en Noruega. Maduro no quiere reconocer que María Corina es desde hace rato inspiración para el resto de países, sobre todo los de América Latina en donde las democracias parecen en retroceso con la permanencia de régimenes autocráticos y de gobiernos que usan formas despóticas.

El logro de Machado es una demostración de valentía civil, de alguien que a pesar de haber sufrido el rigor del régimen y de tener que mantenerse en la clandestinidad no deja de creer que es posible recuperar la democracia en Venezuela, por eso dice que el Nobel de Paz 2025 es un premio como sociedad entera. El 10 de diciembre, en Oslo (Noruega), se entregará este premio; sin embargo, la nueva nobel dejó claro que solo podrá asistir si Maduro deja el poder, pues debe permanecer oculta para proteger su vida. En el 2023, Narges Mohammadi, iraní, designada Nobel de Paz no pudo recibirlo ya que se encontraba presa por liderar protestas contra el régimen de su país. El Nobel de María Corina debería servir para que Venezuela retome de verdad su vida democrática.