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Es innegable que la presencia de agentes de tránsito en las calles de Manizales ha permitido que la movilidad de la ciudad mejore. Se han reducido los trancones, igual que los tiempos de desplazamiento por las vías principales, y se empezó a notar un mejor comportamiento de los diferentes actores viales, así sea forzosamente cuando están presentes estas autoridades. Se puede decir que estamos iniciando un proceso de educación, pero al que todavía le falta muchísimo, porque prima aún la imprudencia de los conductores. Nos estamos refiriendo al mal parqueo de vehículos, que se convirtió en el problema más crítico de movilidad.

Como lo publicamos en nuestra edición de ayer. El mal parqueo es de las quejas más recurrentes que nos llegan a la sección DENUNCIE, dificultad que se viene trasladando de las calles del Centro y de las avenidas, por donde permanecen más los agentes de tránsito ejerciendo sus labores de control, a los barrios y ciertos puntos críticos de la ciudad por su cercanía con actividades de comercio o institucionales. Hay que reconocer que la ciudad tiene pocas zonas de estacionamiento públicas, que nuestras calles en general son angostas, pero también hay que llamar la atención de conductores que por no pagar una zona azul o un parqueadero, se las ingenian para infringir las normas.

Hay que entender o volver a recordar lo que no está permitido y asumir el perjuicio y el peligro que se está causando al estacionarse en vías de doble sentido, sobre los andenes y las zonas verdes interfiriendo el paso de peatones, frente a garajes en servicio, en las bahías del transporte público, a lado y lado de calles estrechas, muy cerca a las esquinas impidiendo la visibilidad de otros conductores. Todas estas prácticas se normalizaron, cuando se trata de infracciones al Código Nacional de Tránsito, que todo conductor de carro y de moto debe saber de memoria. Por eso no puede ser una molestia, ni motivo de rabia, tener que recibir un comparendo o un llamado de atención cuando se desacata una norma.

Seguir así hará que cualquier número de agentes o de policías de tránsito sea insuficiente, igual que de muy poco o de nada sirvan las estrategias que se están ejecutando. Mucho más si a esto le sumamos que descaradamente se sigue usando el espacio público para desarrollar labores como mecánica callejera o parte de los andenes son tomados como si fueran parqueaderos por horas para motos y carros. Cosa bien distinta es que los residentes también deben entender que la dinámica de muchos barrios se transformó y lo que se debe pedir es orden en los sitios donde es posible estacionarse.

La Secretaría de Movilidad asegura que está promoviendo la cultura ciudadana y las medidas sancionatorias, esa es su obligación; pero lo que debería darse es que sean estrictos en hacer cumplir las normas, con quien sea; y desde la propia ciudadanía, las familias, las empresas, el comercio, las instituciones emprendieran campañas internas del buen uso de los espacios públicos para parquear y de autorregulación. Si cada uno asumimos un buen comportamiento a la hora de conducir, con seguridad solucionaremos un problema de ciudad.