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El interés social nacional de este Macroproyecto se ha ido desdibujando, y en los últimos tres años tampoco le ha ayudado a levantarse la apatía del Gobierno Petro con el sector de la construcción. Esto no es óbice para exonerar a los mandatarios locales y sus administraciones.
Tres datos sirven mucho para dimensionar lo que sucedió en la Comuna San José de Manizales: al 2009 la población era de 28 mil 500 habitantes en 17 barrios, para el año 2022 se estimaban unos 18 mil 500 con la desaparición de varios sectores, porque cerca de 10 mil personas fueron desplazadas por el Macroproyecto de Renovación Urbana San José. Está catalogado de interés social nacional y eso le permitió acceder a recursos del Gobierno. A partir del 2009 comenzó con la compra de miles de predios para la demolición, pero sin la debida planeación y eso le impuso desde entonces ser visto con suspicacia y desconfianza. Lo que ha prevalecido son los retrasos y las promesas incumplidas.
El fin era conformar suelo urbano para un gran proyecto que incluía construir varios frentes, entre ellos vivienda de diversos tipos de manera que se pudiera subsidiar la edificación de Vivienda de Interés Social (VIS) y Prioritario. Ya pasaron 16 años en los que se han tenido cinco alcaldes, y solo están construidas algunas viviendas -no todas-, la avenida Colón, el Macrocolegio San José y un centro comunitario. Siguen faltando más viviendas, el parque recreodeportivo y obras de urbanismo. Por todo esto es que el Municipio mantiene una gran deuda social con quienes habitaron allí, quienes pudieron permanecer y con la ciudad que sigue sin ver los cambios.
El interés social nacional de este Macroproyecto se ha ido desdibujando, y en los últimos tres años tampoco le ha ayudado a levantarse la apatía del Gobierno Petro con el sector de la construcción. Esto no es óbice para exonerar a los mandatarios locales y sus administraciones, muchas de las que habiendo pedido perdón público por los desastres ocasionados en la Comuna San José, finalmente no hicieron el esfuerzo suficiente para volver a darle vida y cumplir. Este es el principal motivo por el que los nuevos compromisos del alcalde, Jorge Eduardo Rojas, siguen teniendo manto de duda en las comunidades.
La Administración se propone un nuevo plan, ambicioso, en el que se incluye la edificación de un parque lineal de la avenida Colón y unas 600 viviendas bajo un modelo para el que el Municipio le solicitó desde el 2021 al Gobierno nacional modificar la resolución del 2017 que regula la construcción de vivienda en San José. De darse, la Alcaldía podría aportar el suelo como subsidio y entregar auxilios económicos para que las familias beneficiarias de VIS puedan hacer el cierre financiero. Por ahora, lo más adelantado es la construcción del parque recreodeportivo que proyecta dejar listo para finales del año entrante.

La Alcaldía debe actuar con extrema precaución, ir con pies de plomo, no solo por la posición del Gobierno nacional frente al desarrollo de infraestructura en general, sino porque entramos a un año electoral que no facilita lo administrativo y cualquier situación puede aprovecharse como elemento de ataque político. Actuar con responsabilidad, con ética y con total transparencia es lo que debe surgir frente al Macroproyecto San José. Otro incumplimiento más sería nefasto con la ciudad.