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El Índice de Competitividad de Ciudades (ICC) 2025, elaborado por el Consejo Privado de Competitividad y la Universidad del Rosario, mostró hace unos días que la educación básica y media en Manizales se mantiene entre los más bajos puestos del país (16), por aspectos como la cobertura neta en preescolar, primaria y secundaria. Manizales Cómo Vamos presentó el informe Cómo Vamos en Educación Básica y Media 2024, advirtiendo que en esta capital hay un rezago en pruebas Saber 11.

Saber 11, el examen que aplica el Icfes anualmente para evaluar la calidad de la educación media en el país con una medición de las competencias de los estudiantes del grado 11, debe ser responsabilidad de todos en Manizales, públicos y privados. Hay que identificar por qué la ciudad no registra variaciones significativas entre 2023 y 2024, mientras que a nivel nacional el puntaje global promedio aumentó 2,4 en ese periodo interanual. No somos los peores, pero tampoco aumentamos.

Se hace necesario establecer lo que está manteniendo estáticos estos resultados, si es que hay esfuerzos en una dirección equivocada y las estrategias educativas deben reorientarse. La Alcaldía se fijó en el 2024 como meta aumentar a 61 puntos el promedio de estas pruebas en las áreas de matemáticas y de lectura crítica, reportando que al final de ese año se llegó a 58 puntos, que figuraba entre lo esperado. Pero es que además de estas dos subpruebas, se requiere enfocarse en los resultados de ciencias naturales, ciencias sociales e inglés que también se mantienen invariables.

El objetivo debe ser salir del marasmo en el que todos estamos sumidos y establecer acciones de mejoramiento de la calidad educativa y de los procesos pedagógicos. Determinar si es que están haciendo falta o lo que se requiere es corregirlos. Tenemos los recursos para hacerlo. Están las instituciones, como la Fundación Lúker cuya experticia es reconocida nacional e internacionalmente en temas educativos con sus programas, para que orienten el camino que se debe abordar; la academia a través de las universidades con sus expertos, de gran ayuda en el diseño y ejecución de acciones; el sector público en alianza con la empresa privada, lo que ya existe en la ciudad, para apalancar con recursos las iniciativas que hagan falta, y las comunidades educativas, en donde están los planteles y la sociedad civil para ayudar a ejecutar los programas.

Manizales se destaca por ser ciudad universitaria, por sus logros en educación superior; no obstante este renombre puede caer en riesgo si no hay cambios en la educación básica y media que es la base. Hay que sumar a todo este panorama que persisten las profundas desigualdades entre los resultados de pruebas de estudiantes de colegios privados, que superan en mucho a los de colegios públicos. Es una necesidad, como también lo señala Manizales Cómo Vamos, “garantizar condiciones equitativas de aprendizaje para todos los estudiantes”, pues indiscutiblemente el número de los que estudian en planteles públicos supera a los de los privados. Encontrar cómo llegar a un equilibrio en la calidad educativa puede ser la clave para empezar a mejorar y que se mantengan los alumnos en las aulas.