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De los tres últimos periodos de vigilancia epidemiológica en Caldas a lesiones por uso de la pólvora en el departamento, el que inició el 1 de diciembre del 2023 y concluyó el pasado domingo 14 de enero dejó 47 personas quemadas. Se convierte así en el ciclo con más afectados, según las cifras suministradas por la Dirección Territorial de Salud, porque en el del 2021-2022 fueron 38 y el periodo 2022-2023 finalizó con 28, uno de ellos murió a raíz de la gravedad de las quemaduras. Del último ciclo hay que decir también que Manizales aportó el 34% del total de los quemados (16) y eso que en este municipio rige un decreto que prohíbe y multa su comercialización, distribución y uso.
Estos son los registros oficiales por consultas en instituciones de salud, pero con seguridad fueron más los quemados por usar pólvora en todo el departamento, pero por temor a ser sancionados o reprendidos prefirieron tratar sus lesiones en casa exponiéndose a enfermedades más graves. Cabe mencionar que no en todos los 27 municipios de Caldas rigen decretos que prohíben, restringen y penalizan la venta y el porte de pólvora, son decisiones administrativas que dependen de la voluntad política de los alcaldes, pero en este tema debería primar el interés colectivo, no a favor de particulares, y el ánimo de proteger efectivamente a la población.
Sin embargo se sigue permitiendo en algunos municipios, como Palestina donde hay venta libre de pólvora. Por su cercanía con Manizales se convierte en un corredor por donde ingresan estos nocivos productos cuando no son manejados por expertos. Pólvora se puede usar, pero con permisos y en manos de quienes saben hacerlo de manera técnica. También en Pácora quemaron pólvora en un sector donde se encuentra un hogar de ancianos y una estación de servicio de combustibles; afortunadamente no hubo quemados, pero sí se expuso a la población a un inmenso riesgo. A pesar de las denuncias de la comunidad no hubo reacción adecuada de la Alcaldía. Mucho se gasta del presupuesto público en ejecutar campañas para evitar el uso de la pólvora, sin resultados efectivos como lo demuestran estas cifras. Hay que pensar ya en que para todos los municipios debería ser obligatorio, desde una instancia superior como la Gobernación hacia las alcaldías, que expidan decretos que prohíban la pólvora y reglamenten el uso exclusivamente entre expertos. Los juegos pirotécnicos de la pasada Feria de Manizales dejaron un ejemplo de cómo se puede ir transformando y modernizando esta práctica. La Chec y el Instituto de Cultura y Turismo decidieron reducir el uso de la pólvora y empezaron a incursionar con tecnología de drones para este espectáculo. Los resultados fueron muy satisfactorios.

Pueda ser que para el periodo epidemiológico de este año, el gobernador de Caldas, Henry Gutiérrez, y los alcaldes de los 27 municipios conformen un gran frente en contra del uso de la pólvora y por fin el departamento concluya sin un solo quemado por manipular estas sustancias que pueden causar mutilaciones de órganos y disminución de la productividad por el tipo de lesiones que se generan, especialmente en extremidades superiores y rostro. También hay que contemplar que ya se da una peligrosa mezcla de pólvora con el consumo de alcohol y de sustancias psicoativas, que según expertos está haciendo que cada vez sean más los quemados, así ya sean muchos los que le temen a la pólvora.