De hacer en Marmato durante siglos una minería a todo riesgo, denominada ancestral, sin títulos mineros y sin licencias ambientales, se pasará a una de prácticas formales que comenzó ya con el Decreto 1153 del 2025 expedido por la Presidencia y el Ministerio de Minas y Energía. Hay que decir que detrás están también los esfuerzos que venían haciendo desde el año pasado la Gobernación y la Alcaldía, Corpocaldas y las multinacionales asentadas en este municipio caldense para la exploración y explotación del oro, como Aris Mining que mantiene la promesa de entregar 100 títulos mineros de su propiedad ubicados en el Cerro El Burro. Para el inicio de este proceso estaban esperando que el Gobierno le diera vida al decreto con su publicación.
Lo que viene es que la Agencia Nacional de Minería (ANM) establezca una ruta de trabajo para comenzar la formalización. No es un ejercicio que se pueda dar de la noche a la mañana, se tendrá que tomar su tiempo y eso lo deben tener presente los mineros tradicionales, de manera que no tengan que acudir de nuevo a vías de hecho como los bloqueos de vías para exigir este reconocimiento nacional. Así sucedió en octubre del año pasado, cuando levantaron un paro que llevaba seis días, asentados en la vía Manizales-Medellín a la entrada de Marmato, para iniciar 13 horas de diálogos y debates, que concluyeron en el inicio de este acuerdo de formalización. En todo caso, la ANM debe darle la agilidad necesaria a este proceso para evitar llegar a este tipo de reacciones.
Para los pequeños mineros y los tradicionales de Marmato, acceder a una licencia ambiental propia significará una gran oportunidad de seguir desarrollando esta actividad económica, de la que derivan su sustento y el de sus familias, bajo los criterios de ley y en condiciones laborales más dignas. La condición es que deben dejar atrás los mecanismos que representan altos impactos para el medio ambiente y la seguridad, lejos de condiciones de riesgo y ajustarse a los requerimientos legales. Entre las ganancias se menciona que podrán comprar sus propios explosivos, comercializar su propio oro y acceder a beneficios de seguridad social como salud y pensión.
Los mineros deben ser conscientes de que la formalización trae obligaciones en materia de tributos, que terminarán beneficiando igualmente a Marmato y su institucionalidad. De otro lado, se espera que la orden que dio el presidente Petro hace una semana a su ministro de Minas y Energía, Edwin Palma, para que esta cartera compre directamente el oro que se produce en las regiones de Colombia, se implemente con todo el rigor técnico para no incurrir en compras a bandas criminales dedicadas a la minería ilegal.
Según la Presidencia, el 80% de 70 toneladas de oro que se comercializan cada año en el país proviene de explotaciones ilegales dejando pérdidas en regalías para los departamentos. Hay que recordar también que Caldas debe vender en Antioquia el oro que produce en Marmato, porque aquí no hay una oficina minera para hacerlo, que son otros asuntos que se deben corregir. Lo importante será que toda medida que se tome vaya dirigida a hacer una minería más sostenible, segura y responsable. Como dijo sobre el Decreto de formalización el alcalde de Marmato, Carlos Alberto Cortés: “Con esto ya se acaban las disculpas”.