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Siempre debe tratarse que la relación con los países vecinos sea la mejor, y en ese sentido no solo era importante que Colombia buscara acercamientos con Venezuela, pese al régimen claramente antidemocrático que se vive allí, sino que el presidente Gustavo Petro tenía la responsabilidad de acercarse a Ecuador, donde el presidente Guillermo Lasso tiene grandes diferencias ideológicas con él, sino que su actitud tiene que ser la misma con los demás gobiernos vecinos así no comparta muchos de sus principios. Por eso, también es clave que no intervenga más en los asuntos internos de Perú, aunque ese es tema para otras reflexiones.
En lo relacionado con Ecuador, fue significativo que en la reunión de los dos presidentes, en el marco del XI Gabinete Binacional no solo se haya hablado de enfrentar los problemas ambientales alrededor de lo que ocurre en la Amazonia y de la lucha contra el Cambio Climático, sino que también fueran tocados aspectos tan sensibles y vitales como la cooperación en materia de seguridad, ya que está claramente identificado que en esa frontera se mueven numerosos grupos ilegales dedicados al narcotráfico, la minería ilegal, el contrabando, tráfico de armas, lavado de activos y toda clase de delitos, que deben ser enfrentados de manera conjunta.
Así mismo, es importante que también la agenda dedicara tiempo a hablar de cooperación en asuntos de infraestructura y conectividad, proyectos sociales y culturales, y toda clase de aspectos económicos y comerciales relacionados con la llamada Zona de Integración Fronteriza que busca fomentar y fortalecer los intercambios entre los dos países. Ese es el deber ser de la cooperación en todo tiempo y lugar, buscar afinidades y complementariedades en toda clase de aspectos que enriquezcan la relación y la haga cada vez más fuerte y consolidada, al punto de que resista y supere los virajes políticos que es natural que ocurran en las democracias.
En las fronteras es vital tener espacios de coordinación y labores sincronizadas, en medio del respeto por la soberanía y objetivos institucionales de cada uno de los países, y frente a esto hay que celebrar la conversación madura de los presidentes Lasso y Petro, que parecen haber entendido que el bienestar de ambos pueblos está en buscar los puntos de unión y no quedarse solo en los elementos que pueden generar distancias. Hay que resaltar, además, el efusivo compromiso de ambos con el apoyo a la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA).
Cuando en departamentos fronterizos y cercanos a la frontera con tantos problemas de orden público, como Chocó, Putumayo y Cauca, se tiene la confianza de que al otro lado hay un país amigo, que ayudará a combatir a las organizaciones criminales y que comparte la ilusión de que en nuestro país pueda llegarse a una Paz Total, lo principal es que los líderes de esas naciones coordinen tareas en materias específicas, orientadas al bienestar y tranquilidad de los ciudadanos.

Esperamos que este XI Gabinete Binacional deje, en realidad, acercamientos claros y hojas de ruta bien definidas para avanzar en un desarrollo armónico en bienestar de quienes más lo necesitan en regiones que comparten intereses comunes pese a ser parte de distintos países. Quedan numerosos compromisos que ahora esperan convertirse en realidad.