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El aumento de los agentes de tránsito en las calles de Manizales tiene a la ciudad entre dos mundos. Uno es el de los que critican lo que están haciendo estos servidores públicos, les molesta su presencia y ven sus actuaciones como exceso de autoridad. El otro es el de los que están satisfechos, sienten que al fin se está haciendo un esfuerzo administrativo para volver a ponerle orden a la circulación urbana, porque habíamos llegado a un punto en el que cada quien hacía lo que le parecía en materia de movilidad y no había nadie para controlarlo.
Nos identificamos con este último grupo, porque definitivamente las normas tienen que ser las mismas para todo el mundo, en igualdad de derechos y también de deberes. No puede seguir siendo patente de corso estacionarse en cualquier lugar y en sitios prohibidos, recoger y dejar pasajeros en cada esquina, conducir sin licencia de tránsito o sin seguro obligatorio ni certificado de revisión técnico mecánica. Las obligaciones no pueden ser solo de y para conductores responsables que hacen el esfuerzo de estar al día, pagan zonas de parqueo, mantienen los vehículos en buenas condiciones, respetan las reglas.
La presencia de los agentes de tránsito en vías principales y en las secundarias con identificación de problemas, desde tempranas horas del día y hasta las 10:00 de la noche, ha servido para que fluya la movilidad, para resolver conflictos de años y mejorar las condiciones de transitabilidad en Manizales. En estos casi dos meses de labores, desde que los llamados azules se incrementaron en una proporción de 130,36% al pasar de 56 a 129, se puede decir que son un primer paso en la educación de los que insisten en malas prácticas de movilidad, lo que tanto se ha pedido. Por eso no hay que atacarlos, están resolviendo una necesidad. Se espera que la Alcaldía no esté considerando tener a los agentes solo unos meses, su presencia debe continuar, incluso con ellos dirigir campañas hacia los peatones.
No es posible que ciertas personas hayan emprendido campañas de acoso y ataques violentos por redes sociales o presencialmente contra este grupo de agentes de tránsito, cuando están cumpliendo su deber, para eso fueron contratados por el Municipio. Además, quien incumple una norma es obvio que se expone a ser multado. Otra cosa bien distinta es que hay que denunciar ante las instancias correspondientes si un agente abusa del poder que le confiere la ley para excederse en sus procedimientos o no está ejerciendo sus funciones, porque eso también se ha visto en otros momentos, solo que no se puede hacer justicia por mano propia, como también ha ocurrido en la ciudad.

Otra estrategia que ha permitido ir recuperando el orden vial son los equipos de detección de infracciones por cruzar un semáforo en rojo, circular sin SOAT o sin revisión técnico mecánica vigentes. Por el momento los infractores han recibido llamados de atención pedagógicos para que se pongan al día, pero escandaliza que en un mes y medio de la medida la Alcaldía haya enviado alrededor de 156.200 mensajes de texto en este sentido, cifra que es casi como la tercera parte de los habitantes que tiene Manizales. Por eso es que nos identificamos con el mundo de los que están satisfechos porque se está volviendo a poner orden en la ciudad.