Que la Navidad y las fiestas de fin de año siempre hayan estado acompañadas por el uso de pólvora no quiere decir que tenga que ser costumbre perpetua. Los tiempos son otros y ahora se habla de prevenir. El uso de la pólvora debe ser exclusivo de personas certificadas para manipular explosivos y material luminoso sin poner en riesgo su integridad física ni su vida. El resto de la población no está preparada para hacerlo sin exponerse.
Los que aseguran que nada pasa con quemar pólvora deberían conversar con los lesionados que cada año deja esta práctica. Se encontrarían con historias de quemados y sus dolorosos tratamientos; de mutilaciones de miembros, casi siempre en manos y pies; de rostros desfigurados y de cicatrices que nunca desaparecen. Lo más ilógico es que haya que contar muertos por esta causa, como se ha presentado en Caldas, y niños que siguen engrosando las cifras de quemados, cuando se les debería estar protegiendo y mantenerlos lo más lejos de estas sustancias.
El lunes comienza en Caldas el periodo de vigilancia epidemiológica, que va hasta el 11 de enero del 2026. Otra vez, como cada año, la meta es concluir con cero quemados, pero no se logra. Este año por fuera del ciclo ya van 7 quemados, y además al cierre del periodo de enero se reportaron 37 quemados con pólvora, el periodo de enero del 2024 finalizó con 47, el del 2023 con 28 y el del 2022 con 38. Estos números de quemados son un comportamiento fluctuante que poco refleja el éxito de las costosas campañas que se hacen desde Gobernación y alcaldías. Importante considerar si lo que se requiere en el departamento son regulaciones mucho más estrictas, decretos expedidos con anterioridad para que las autoridades hagan un control efectivo.
LA PATRIA realizó un sondeo entre las alcaldías y se encontró con que solo 7 municipios tienen decreto vigente para prohibir la distribución, comercialización, transporte, manipulación y uso de la pólvora. 6 alcaldes anuncian que van a expedirlo; 4 consideran que es suficiente con hacer campañas para evitar el uso, llamando a proteger a los menores, y 8 ya tienen establecido que solo se debe permitir en manos de expertos. Sin embargo, el uso de la pólvora se volvió un problema en las ciudades de muy difícil control, tanto que la Policía es insuficiente para ponerle freno.
Parte de ello es la alborada de bienvenida a la Navidad al amanecer del 1 de diciembre, que comenzó en Medellín hace ya varias décadas, documentada por varios investigadores como una práctica de narcotraficantes mediante la cual buscaban ratificar su poder en las comunas. Esto ha llegado a Caldas, por lo que las autoridades desde ya anuncian operativos para vigilar que no se haga. En Manizales por ejemplo existen decretos que prohíben el uso de la pólvora durante todo el año y se establecen sanciones para los infractores; sin embargo pocos son los multados y así será muy difícil frenar el uso indiscriminado, la venta ilegal y las afectaciones a la población. No cabe un llamado a la prudencia, debe ser un contundente no a la pólvora.
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