Radióloga María Mónica Ramírez Sánchez

Foto | Luis Trejos | LA PATRIA

La radióloga María Mónica Ramírez Sánchez mientras efectúo una ecografía a una paciente.

LA PATRIA | Manizales
 

El diagnóstico, en cualquier ruta de detección de cáncer de mama, resulta fundamental para la atención oportuna de las pacientes. Y en eso, la mamografía se convierte en la puerta de entrada a un proceso, en el que si se actúa rápido, se tiene más posibilidad de salir victoriosa.

María Mónica Ramírez Sánchez, médica radióloga especialista en imágenes de la mujer, adscrita al SES Hospital Universitario de Caldas, le detalló a LA PATRIA cómo es el camino por seguir, particularmente con las mamografías, las ecografías y las biopsias, que están dentro de su campo de acción.

De las mamografías

La profesional precisó que las mamografías se les realizan -en su mayoría- a pacientes entre los 50 y los 69 años, una cada dos años: "Generalmente a mujeres asintomáticas. Nuestro objetivo es encontrar lesiones, que son de un tamaño muy pequeño para que puedan ser tratadas fácilmente".

Las mamografías, según la experta, también se pueden realizar antes de ese rango de edad. Sobre todo, si tienen un alto riesgo de desarrollar cáncer de mama. Dijo que aquellas que tienen un familiar directo que ya tuvo la condición, deben recurrir a esta prueba. También las que tienen antecedentes de haber recibido radioterapia en tórax durante la niñez y quienes desarrollen mutaciones genéticas específicas.

"Si se encuentran lesiones que nos llamen la atención, comenzamos -con la paciente- un camino que no tiene otra intención, que la de evitar que haya un tiempo grande entre este punto y el tratamiento".

Anteriormente, sin rutas de mama, aseguró Ramírez, la mujer se demoraba entre seis y ocho meses para iniciar su primera quimioterapia, en caso de que la necesitara; o igual lapso antes de ser operada.

"La idea es que en no más del mes inicien el tratamiento. Es decir, si se encuentra algún hallazgo en la mamografia, la paciente inicia su recorrido por ruta de mamá, con exámenes adicionales (ecografia, resonancia magnética y/o biopsia), según sea el caso. Posteriormente, pasa a consulta con el mastólogo para iniciar tratamiento o continuar en seguimiento, en caso que se requiera", subrayó Ramírez.

Añadió: "Si la mamografía sale bien, siguen en su control con tamizaje convencional. No hay que temerle. Este es un estudio, con baja radiación. Se hace compresión en diferentes proyecciones de la mama para evaluar los hallazgos específicos que sean sugestivos de cáncer en esta zona".

A algunas pacientes, las mamografías les producen algo de molestia, pero "es una incomodidad que vale la pena para tener un diagnóstico temprano. Dura entre 5 y 10 minutos. No hay que pensar que la compresión despierta un cáncer. Con las que tienen implante mamario no hay problema, la prueba no lo daña", recalcó.

Un 80 a 90% de las mujeres que pasan por mamografía tienen hallazgos normales o benignos y continúan con un tamizaje convencional (cada 2 años). Las demás, continúan con su proceso de diagnóstico y tratamiento.

"Es que pueden encontrarse masas, asimetrías, calcificaciones o distorsiones, que hacen que la paciente pase a algo adicional. Lo normal es que se haga de los dos lados, derecho e izquierdo. Hay pacientes que quedan en control por mamografía, que es a los seis meses y eso es de un solo lado".

Con las ecografías

Las ecografías mamarias, resaltó Ramírez, no le dejan radiación al cuerpo. A diferencia de las mamografías, no resultan dolorosas, pero no las reemplazan en el diagnóstico. Cada una resulta fundamental por separado.

"El examen inicial, sí o sí, es la mamografía. Solo en casos muy específicos se hace la ecografía inicialmente. Con las ecos, lo que se hace es caracterizar los hallazgos de las mamografías".

Lo que permiten las ecografías de las mamas, que suelen ser de los dos lados, resumió la profesional, es resolver si las masas visualizadas en la mamografías, son quistes o nódulos; si en esas lesiones sospechosas se encuentra algo adicional que en la mamografía no se ve".

Sobre las biopsias

Ramírez indicó de las biopsias que terminan siendo la parte más temida del diagnóstico, pues las pacientes creen que son invasivas e incapacitantes, cuando en realidad son cortas y ambulatorias.

"Con una aguja se toma la muestra del tejido, después de haber puesto anestesia local. Y eso es lo que se envía a patología para establecer si lo obtenido es bueno o malo. Si sale malo, se les conduce a una consulta, es decir, el control de mastología", mencionó. Esa toma también la hacen los radiólogos.

A partir de ahí, se hacen juntas médicas para ver los pasos por seguir con las pacientes. Ramírez instó a las mujeres a no dejarse influenciar por lo que dicen las vecinas, por los conocidos, pues cada caso es un mundo distinto.

"Las mamografías, las ecografías y hasta las biopsias pueden salvar sus vidas. Acepten los llamados al diagnóstico para que sigan adelante, a muchas nos cuesta hacerlas venir, pues le temen al proceso. ¡Sin exámenes a tiempo no hay diagnóstico!".

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