Fotos | Luis David Patiño | LA PATRIA
Diego Armando Villar Cuellar es bogotano, hijo de campesinos, con 21 años en la Policía, y llega de comandar la localidad de Suba, en Bogotá, con 1 millón 600 mil habitantes.
Una universidad en la Policía, llegar a la generación Z, garantizar el respeto por los derechos humanos. Esos son solo algunos retos que hoy se traza la fuerza pública colombiana, labor que incluye a la Escuela de Carabineros Alejandro Gutiérrez, en Manizales.
Allí se forman 1.384 personas, 597 mujeres, como los futuros patrulleros del país. Diego Armando Villar Cuéllar, con tres semanas al frente de la Institución, resaltó los retos y lo que espera dejar de legado.

Universidad en proceso
La Escuela de Carabineros se convertirá en Universidad. Villar Cuéllar sostiene que años de lucha empiezan a rendir frutos. Actualmente cuenta con diplomados maestrías, y recibirá el aval del Ministerio de Educación para ofrecer un doctorado en Seguridad y Convivencia, y ahora la población civil podrá acceder a la oferta.
Ese trabajo no solo contempla esa preparación universitaria, sino también hechos que ya se ven, como con las capacitaciones a través del SENA, que llevan a los graduados a poder prestar sus servicios y acompañamiento a los campesinos en labores agrícolas.
Además, considerando el reto de la generación Z, digital y de redes sociales, las escuelas están apuntando a una enseñanza con un enfoque más profundo. "Son 1.384 preguntas a diario y lo bonito es darles una respuesta coherente", dice el coronel.
El otro reto está en la calle, a donde salen estos nuevos patrulleros, y por eso es importante saber cómo abordar otros aspectos como el vandalismo y una comunidad más demandante. Reitera que el estallido social debe dejar unas enseñanzas y aprender a escuchar de parte y parte.

Siembran por los abuelos
Bajo el mando de los subintendentes Astrid Lorena Ramírez y Andrés Felipe Barco está el Proyecto Siembra. En un espacio que antes no tenía utilidad, ahora surgen cultivos de distintos tipos, en los que los apasionados por la tierra invierten parte de su tiempo en la Escuela.
La Alejandro Gutiérrez es pionera en estos productos orgánicos. Ella encontró unas necesidades no solo en la institución, sino también en el sector que la rodea, por lo que se dio paso a la huerta.
Rábano, repollo, zanahoria, acelga, cilantro, lechuga, plátano, sábila, feijoa, granadilla y gulupa son algunos productos, pero no son para autoconsumo, tampoco se venden.
Estos sirven para complementar la alimentación de niños de tres colegios cercanos y de la Fundación Guadalupe, donde residen 120 adultos mayores. A raíz de eso, construyeron unas pequeñas huertas, también una manera para que los niños se apersonen de estas y los abuelos ocupen el tiempo libre.
El entorno que rodea a la Escuela también importa. Eso ha llevado a tener una mejor comunicación y amistad con los vecinos. Un ejemplo es el Parque de Minitas, transformado por iniciativa conjunta.
Muralistas y grafiteros se unieron para darle una nueva vida al espacio, antes abandonado y vandalizado. De nuevo es punto de encuentro para todos, un espacio diferente, lleno de color.

Los Carabineros, insignia ambiental
14 uniformados se preparan actualmente en el curso de Carabineros. Además de la Alejandro Gutiérrez, otras cinco escuelas forman a los futuros jinetes, de valor en la recuperación de entornos, lucha contra la minería ilegal y la protección de las zonas rurales, el medioambiente y el agua.
"Los hombres y mujeres a caballo se especializan por aproximadamente un año. Se divide en tres periodos que son asiento, bridón y brida. Apenas se gradúan, aportan su conocimiento a nuestro campo colombiano. Aparte de eso, salen como técnicos agropecuarios con el SENA", explica Villar Cuéllar.
Un recinto para todos
La Escuela Alejandro Gutiérrez cuenta con capacidad para 1.500 personas, y también dispone de gimnasio, multihabitacional, peluquería, auditorios, canchas de fútbol y de tenis, establos y perreras.
Aumentan mujeres
De 597 mujeres alojadas actualmente, hay de distintas regiones y comunidades. 45 de ellas son madres. El alojamiento solo lo dirige personal femenino.
El director
Villar Cuéllar dirigía 15 CAI y destaca el trabajo hecho con distintos colectivos, lo que quiere replicar en su paso por la Alejandro Gutiérrez.
Se modernizan
La modernización llega también con un polígono virtual, con diferentes escenarios que ofrecen la oportunidad de coger confianza y habilidades antes de aprender con armas reales.
Reducir el uso de armas y optar por mecanismos de defensa personal también implica una mayor preparación física, destreza que se adquiere en los dojos.
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