Foto | Dejusticia | LA PATRIA
“Mujeres que no se rinden: el drama de buscar a los desaparecidos en Colombia”
El pasado 23 de octubre, en el corregimiento de Pereira conocido como Pereira Rural, las voces de mujeres buscadoras volvieron a levantarse con fuerza. En el marco del Día Nacional de las Mujeres que Buscan a sus Seres Queridos Desaparecidos en el Conflicto Armado, se realizó un acto conmemorativo lleno de memoria, resistencia y esperanza. Estas mujeres, en su mayoría madres, hermanas e hijas, mantienen viva la búsqueda incansable de sus familiares desaparecidos en medio del conflicto armado colombiano.
Según la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), en el Eje Cafetero se estima que cerca de 1.500 personas continúan buscando a sus seres queridos. La gran mayoría de quienes lideran estas búsquedas son mujeres que se han convertido en investigadoras empíricas, líderes comunitarias y en auténtica memoria viva del conflicto.
“El dolor de una desaparición no se apaga con el paso del tiempo. Por el contrario, se agudiza cada día que pasa sin respuestas”, afirmó Diana Ortiz, coordinadora regional de la UBPD, durante la jornada conmemorativa. “Estas mujeres son símbolo de resistencia, porque han transformado el dolor en acción y en memoria colectiva”.
Cada historia de búsqueda es un testimonio de amor, resistencia y dignidad. No hay consuelo suficiente mientras falten respuestas, pero sí hay consuelo en la solidaridad, en las redes que se construyen y en la visibilización del dolor colectivo. El mensaje es claro: no se puede construir paz sin verdad y sin encontrar a quienes faltan.
“Nadie debería llorar sin un lugar donde despedirse”
Una de esas mujeres es Deisy Osorio, hermana de Luz Adriana Osorio, desaparecida en el año 2003 en zona montañosa de Riosucio, Caldas. Luz Adriana tenía 22 años cuando fue vista por última vez. Desde entonces, la familia Osorio convive con una ausencia profunda y sin respuestas claras.
“Lo más difícil ha sido decirle a mi mamá que mi hermana no está, pero no tener un cuerpo al que llorarle o llevarle flores. Eso ha sido lo más duro: ver una madre que sabe que su hija no está, pero que tampoco tiene un lugar donde despedirse”, relata Deisy, con la voz quebrada.
Casos como el de Deisy no son aislados. Representan a miles de familias que, tras décadas, aún esperan señales, restos o al menos certezas.
El alivio que llega tarde: 19 años buscando a un hermano
Desde Armenia, también participó en el evento Libia Ospina, quien durante 19 años buscó a su hermano Diego Fernando Ospina, desaparecido en 2004. Aunque el cuerpo de Diego fue exhumado en 2008, solo hasta 2023 —tras una prueba de ADN— pudo ser identificado.
“En 2021 nos tomaron muestras de ADN a mi madre y a mí. En 2023 nos llamaron desde la Fiscalía de Barranquilla para decirnos que había una coincidencia con un cuerpo exhumado en 2008. Finalmente pudimos darle sepultura”, relató Libia.
Sin embargo, el alivio fue efímero. Hace siete meses, la tragedia volvió a golpear a su familia: un sobrino también desapareció.
Tejer redes para sanar
El encuentro de mujeres buscadoras en Pereira no solo sirvió para conmemorar a quienes faltan, sino también para tejer redes de apoyo mutuo, compartir experiencias y canalizar la resiliencia que las mantiene en pie. La UBPD ha acompañado más de 7.000 procesos de búsqueda a nivel nacional, según cifras oficiales de 2024.
“Tener empatía es imaginar qué haríamos si la persona desaparecida fuera nuestro hijo, nuestra hermana o madre. Eso es lo que pedimos: ponerse en nuestros zapatos y no olvidar”, dijo una de las asistentes al evento.
Estas mujeres han pasado de ser víctimas a lideresas, archivistas, defensoras de derechos humanos y, sobre todo, guardianas de la memoria de sus seres queridos.
Contexto del fenómeno de desaparición forzada en Colombia
Colombia ha vivido más de seis décadas de conflicto armado, en las cuales se estima que más de 104.000 personas han sido desaparecidas forzosamente, según datos del Centro Nacional de Memoria Histórica y la Comisión de la Verdad. De esas, al menos 80.000 siguen desaparecidas.
Las desapariciones ocurrieron en su mayoría entre los años 1995 y 2010, y han afectado especialmente a regiones rurales y periféricas. En estos territorios, las mujeres han asumido la búsqueda ante la falta de respuestas estatales.
* Esta información es producto de la alianza entre el periódico LA PATRIA y el Canal Regional Telecafé.
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