Diego Felipe Escobar Pérez, de 18 años, tiene una enfermedad genética. Su sueño: ser Policía. Por eso, la institución en Chinchiná buscó cumplirle el sueño.
Tras conocer la historia de vida de Diego Felipe, la patrullera Daniela Otálvaro, integrante del grupo de prevención en este municipio, coordinó todo. La uniformada fue hasta la casa del joven quien, junto a su madre, la recibió con una sonrisa y un abrazo.
Después de unas cortas palabras se inició el momento anhelado. Lo vistieron de verde oliva. Después de unos minutos, Diego Felipe ya era policía y con la mejor disposición y actitud abordó una patrulla, que aguardaba por él en la puerta de la casa.
El soñador recibió el grado de "patrullero" y en recorrido le pasó revista a su institución educativa Fundación Ángeles de Amor, donde sus compañeros de clase y docentes lo recibieron con alegría y cariño.
Después se dirigió al parque principal del municipio y saludó a las personas que se encontraba. Luego, como todo un comandante, se presentó en la Alcaldía y en el Concejo Municipal para saludar a las autoridades. Hasta fotos se tomaron.
Durante este día fue el comandante de los auxiliares de Policía, quienes lo saludaron y le dieron parte del servicio. Agradeció con una sonrisa.
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