Foto | freepik.es | LA PATRIA Hay que inspeccionar visualmente las llantas antes de salir: deben estar libres de grietas, deformaciones, cortes o desgaste irregular, ya que estos defectos afectan la adherencia y la seguridad.
Fuertes lluvias han caído la primera semana de diciembre en Manizales, sobre todo en horas de la tarde. Después de una mañana soleada y calurosa, el lunes (1 de diciembre) un aguacero sorprendió después 4:15 p.m.
Las lluvias con granizo y fuertes vientos se concentraron en el centro y norte de la ciudad. La tormenta provocó varios estragos, según reporte de las autoridades.
Además de las afectaciones en la naturaleza y en vías y edificaciones, también se pueden presentar siniestros de tránsito debido a inconvenientes en carros y motos provocados por el piso húmedo.
Los conductores deben tener mayor precaución al conducir bajo lluvia porque el agua reduce la adherencia entre las llantas y el pavimento, aumentando el riesgo de derrapes y pérdida de control del vehículo.
Ante este panorama, es importante que los conductores tomen precauciones para evitar accidentes. Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) varias regiones del país enfrentan precipitaciones por encima de lo habitual.
Las áreas más afectadas incluyen la región Andina, el Caribe, la Orinoquía y el Pacífico, lo que aumenta el riesgo de deslizamientos y condiciones peligrosas para conducir.
Estas condiciones provocan reducción de la visibilidad y pérdida de adherencia sobre el pavimento, factores que pueden comprometer la seguridad de cualquier viaje.
Por eso, es clave tener presente que el comportamiento del vehículo en superficies húmedas depende en gran parte del estado de las llantas y de hábitos básicos de conducción preventiva.
Por ejemplo, hay que aumentar la distancia de frenado y evitar maniobras bruscas. Conozca a continuación las medidas recomendadas por expertos para garantizar la seguridad en condiciones adversas.
Cinco recomendaciones para manejar seguro en temporada de lluvias*
1. El desgaste del labrado es decisivo para evitar el hidroplaneo
En época de lluvias, la profundidad del labrado es una medida de seguridad fundamental. Cuando la banda de rodamiento está cerca de las barras de desgaste, alrededor de 2.5 mm o 3.0 mm, se reduce la capacidad para expulsar agua y aumenta el riesgo de que el vehículo pierda contacto con la superficie, fenómeno conocido como hidroplaneo.
Los expertos enfatizan que el diseño del labrado influye directamente en la tracción y estabilidad. Un labrado desgastado o en el sentido incorrecto limita la capacidad de la llanta para evacuar agua, especialmente en los primeros minutos de lluvia, cuando el agua se mezcla con residuos del pavimento y la vía se vuelve más resbaladiza.
2. La presión adecuada mejora el agarre y evita fallas inesperadas
Una presión incorrecta afecta el contacto de la llanta con el asfalto. Si hay demasiada presión, reduce la superficie de apoyo y limita el agarre; si hay poca presión, genera sobrecalentamiento, deformación y desgaste irregular. Por eso es recomendable medir al menos una vez al mes y ajustarla según las especificaciones del fabricante del vehículo.
3. En clima húmedo, la conducción debe ser más suave y anticipada
Adaptar la forma de manejar es tan importante como revisar las llantas. Sobre pavimento mojado se debe aumentar la distancia de frenado, evitar aceleraciones o giros bruscos y aplicar frenada firme y constante si el vehículo tiene ABS, siguiendo las recomendaciones de entidades de seguridad vial.
Durante la primera media hora de lluvia, la superficie suele estar más resbaladiza, por lo que se aconseja reducir la velocidad y moderar las maniobras repentinas.
4. La visibilidad también hace parte de la seguridad
La lluvia intensa compromete la visión del conductor y la de los demás usuarios de la vía. Antes de cada viaje, se deben revisar los limpiaparabrisas, verificar que no dejen marcas en el vidrio y confirmar que las luces estén alineadas y en buen estado. Pequeños fallos en estos componentes pueden aumentar el riesgo de accidente.
5. Tener en cuenta el destino según los pronósticos
De acuerdo con el Ideam, la temporada de lluvias tendrá comportamientos distintos según la zona del país. En la Región Andina habrá precipitaciones moderadas a fuertes hasta mediados de diciembre, con especial atención en Cundinamarca, Antioquia, Boyacá y Santander.
En la Región Caribe habrá lluvias intensas hasta inicios de diciembre, especialmente en Bolívar, Córdoba y Sucre. Y en la Región Pacífica, las precipitaciones serán frecuentes y las condiciones cambiantes hasta finales de noviembre.
Aunque las autoridades recomiendan evitar viajes nocturnos por zonas de montaña y reportan riesgos de deslizamientos, las llantas en buen estado continúan siendo el primer elemento de seguridad para circular en condiciones adversas.
*Con información de Goodyear.
Etapa de transición
El periodista Luis Felipe Molina Ramírez, creador de Metereología 101, explica: "Estamos en una etapa de transición hacia un diciembre que suele ser los últimos 10 días únicamente más secos. Diciembre al inicio todavía responde mucho a los patrones novembrinos de precipitación y lluvia, pero es más probable que este mes veamos tormentas intensas en lugar de lluvias sostenidas".
Expresa que en temporada de lluvia hay que tener claro que se pueden presentar sistemas de baja presión que se traducen en baja visibilidad en zonas de montaña. "Generalmente es al final del mes cuando se pone cálido, pero los primeros 15 a 20 días de diciembre históricamente son más parecidos a noviembre que a enero".
Cuidados de las llantas en lluvia
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Es fundamental revisar la profundidad del labrado de las llantas: la norma indica que debe ser de al menos 1.6 mm, y si está por debajo, deben cambiarse para evitar deslizamientos.
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Mantener la presión de inflado recomendada por el fabricante, ya que una presión incorrecta reduce la tracción y puede hacer que el vehículo se deslice más en una frenada de emergencia.
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Inspeccionar visualmente las llantas antes de salir: deben estar libres de grietas, deformaciones, cortes o desgaste irregular, ya que estos defectos afectan la adherencia y la seguridad.
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Rotar las llantas periódicamente (cada 5.000 a 10.000 km) y revisar el estado de los pernos y tuercas para evitar que se suelten en carretera.
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Considerar el uso de llantas diseñadas para condiciones húmedas, que ofrecen mejor agarre y evacuación de agua.
Adoptar buenos hábitos de conducción, como reducir la velocidad, mantener distancia segura y frenar gradualmente, también ayuda a contrarrestar los efectos negativos de la lluvia sobre las llantas y la seguridad vial.
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