Esta imagen evidencia el registro que han dejado los lahares o flujos de lodo volcánico al recorrer los afluentes que nacen en el volcán Nevado del Ruiz, como el río Azufrado, ubicado hacia el oriente del Cumanday.

Fotos | Freddy Arango | LA PATRIA

Esta imagen evidencia el registro que han dejado los lahares o flujos de lodo volcánico al recorrer los afluentes que nacen en el volcán Nevado del Ruiz, como el río Azufrado, ubicado hacia el oriente del Cumanday.

LA PATRIA | MANIZALES

Al Parque Nacional Natural Los Nevados, a 28 kilómetros de Manizales y a una altura de 5.321 metros sobre el nivel del mar, lo bordea la vía que va a Murillo (Tolima) desde el sector de Brisas. Este viaje transporta a un pasado con una historia eruptiva de 1,8 millones de años, según la página web del Servicio Geológico Colombiano (SGC).

Al ir avanzando el cañón del río Gualí, el paisaje sorprende con sus huellas de lahares o flujos de lodo volcánico que han formado valles estrechos, profundos y de alta pendiente. La ruta continúa al atravesar las quebradas La Hedionda y La Seca, intensificando el olor a azufre que recuerda la proximidad con el carácter Arenas. Aquí las piedras y la transformación de la topografía van enseñando las cicatrices que han dejado erupciones que, según registros del SGC, datan desde 1595 hasta la más reciente y trágica de 1985.

Al cruzar la vereda Aguas Calientes, de Casabianca (Tolima), y a 800 metros del sector de El Sifón, sobre la vía a Murillo, se pasa el río Azufrado, donde sus imponentes laderas ocres, amarillas y verdes se van desvaneciendo cañón abajo, mostrando la inmensidad por donde bajaron los flujos de lodo que arrasaron todo a su paso.

Finalmente, el río Lagunilla, donde la zona se muestra apacible y abierta al cañón, recibe el río Azufrado para desembocar en el río Magdalena.

Como contraste, LA PATRIA muestra algunas imágenes de los valles que forman los lahares que dejó Cerro Bravo y que se hacen visibles pasando por el sector de Delgaditas, en la vía a Bogotá. Estos se forman aprovechando la abundancia de agua, los valles estrechos y las pendientes altas.

El río Gualí muestra huellas de lo que ha sido históricamente el paso de los lahares hacia el norte y nororiente de su cuenca. Los flujos pueden avanzar cerca de 97 kilómetros, hasta desembocar en el río Magdalena.

¿Qué son los lahares?

Son una mezcla de fragmentos de roca, arena, limo, arcilla y agua que se desplazan por los cauces y valles de las quebradas y ríos. Estos eventos varían en tamaño y velocidad. Un lahar en movimiento se comporta como una masa de concreto húmedo que carga fragmentos que varían desde arcilla hasta bloques de más de 10 metros en diámetro; los lahares grandes, son de cientos de metros de ancho y decenas de metros de profundidad y pueden fluir a varias decenas de metros por segundo.

Los lahares al descender por el río Azufrado dejaron cascadas y precipicios de gran magnitud. Al lado de este cañón reposa una valla en la que se lee: “Efectos de la avalancha causada por el volcán Arenas del Nevado del Ruiz, el 13 de noviembre de 1985, en su más reciente erupción a 800 metros del sitio El Sifón”.

Zona afectada por lahares, que se originan en la parte alta del edificio volcánico, se canalizan por los valles de los ríos y las quebradas que nacen allí, como la quebrada La Hedionda.

Valle abajo por la quebrada La Hedionda. Al fondo, Cerro Bravo.

La Quebrada Seca hace parte de los cauces naturales que han ido dibujando años de historia en esta zona del volcán Nevado del Ruiz.

El Servicio Geológico Colombiano, en relación con el volcán Cerro Bravo, explica en su página web: "Los productos del volcán son lavas que recorrieron distancias máximas de cinco kilómetros y alcanzaron espesores hasta de 100 metros, domos, depósitos de flujos, oleadas y caídas piroclásticas y lahares o flujos de lodo”.